Mariela Goy
Anoche, luego de ver un rato el olvidable capítulo de Guapas con la intervención del Chueco Suar en el papel del piloto “el facha” -al que las 5 amigas llamaban “héroe”, “ser increíble”, “hombre perfecto” y otras sandeces del estilo destinadas a acrecentar la autoestima del jefe-, decidí que era hora de cambiar de canal y destinar mi atención total a los Emmys. Quería ver a mi querido enano Tyrion subir triunfante a recibir premios.
Ya me había perdido la entrega a Jim Parsons, el genial Sheldon Cooper en The Big Bang Theory, que cobra nada más ni nada menos que un millón de dólares por episodio. Que tul. Y que aparte de ese rol de “científico nerd”, no demostró ser un actor versátil. Básicamente en la peli “The normal heard” seguimos viendo un Sheldon Cooper, aunque en el papel de un gay y sin tics.
Perdón la divagación hasta aquí. Lo que quería decir, como fan de la primera hora de Breaking Bad, que no puede ser que no le hayan tirado ni un “huesito” a la espectacular Game of Thrones. Está bien que Breaking Bad terminó y no habrá más oportunidades de darle premios, mientras que Game of Thrones continúa... y si George RR Martin sigue yendo a fiestas en lugar de ponerse a escribir, lo que va a continuar son los enojos de los fans. En la entrega de los premios Emmys bromearon sobre eso, y hasta le regalaron una máquina de escribir en plena gala (buenísima idea).
Dicho esto, puedo bancar y aplaudir la elección de Breaking Bad como Mejor Serie Dramática, pero no coincido con el premio a Anna Gunn como “mejor actriz de reparto de drama” por su papel de esposa de Walter White. Se lo merecía más -y por lejos-, la mala de Cercei Lannister, que sorpendió con su pelo corto y morocho.
En la terna de mejor actor de serie dramática había muchos grandes: Bryan Cranston (Breaking Bad), Jeff Daniels (The Newsroom), Jon Hamm (Mad Men), Woody Harrelson (True Detective), Matthew McConaughey (True Detective), Kevin Spacey (House of Cards).
La verdad que elegir entre un “Walter White” (que es el que ganó), o un McConaughey, o un Jeff Daniels o un Kevin Spacey, me sería imposible.
A lo que voy es que los premios son tiranos, y que Game of Thrones quedó demasiado relegada, y que otra serie muy muy muy buena como True Detective también se quedó sin estatuillas. Podrían haber repartido un poquito mejor con tantas buenas propuestas de TV.
Eso sí, ahora me dieron ganas de ver Fargo y Modern Family... otra tiranía hacia los “serieadictos”.