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Más del 1 por ciento de los argentinos está afectado por el virus de la hepatitis C, prevalencia similar a la que se registra en el resto de América Latina, y se estima que cerca del 80 por ciento de los infectados no experimenta síntomas.
El subdiagnóstico de la enfermedad es elevado y la afección puede derivar en cirrosis y hepatocarcinoma, advirtieron expertos argentinos en un informe realizado en el marco del 23 Congreso de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), que se hizo en México.
La hepatitis C, para la que no hay vacuna, es una epidemia en América Latina, donde se estima que hay entre 7 y 9 millones de adultos infectados con el virus de la enfermedad. La infección crónica con el virus de la hepatitis C afecta a más de 185 millones de personas en el mundo y cada año se producen entre 3 y 4 millones nuevas infecciones.
El jefe de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Austral, Marcelo Silva, dijo que ‘más del 1 por ciento de la población en la Argentina está afectada por el virus de la hepatitis C‘. ‘Hablamos entonces de que existen aproximadamente 450.000 personas con hepatitis C crónica asociada a este virus‘, expresó.
Silva sostuvo que ‘menos del 10 por ciento de los pacientes están diagnosticados, y menos del 1 por ciento está tratado‘. ‘Si hablamos de una enfermedad que evoluciona a hepatitis crónica en más del 70 por ciento de los casos, y posteriormente un 20 por ciento progresa a cirrosis y carcinoma hepático luego de 20 o 30 años, se explica la epidemia de cáncer hepático y cirrosis que estamos viviendo‘, afirmó el experto.
La Organización Mundial de la Salud, advirtió Silva, mostró que la concientización sobre el virus de la hepatitis C es de baja prioridad en comparación a los esfuerzos de concientización sobre otros cuadros, ya que solo el 37 por ciento de los países miembros de la OMS tiene un plan nacional para controlar la hepatitis viral.
El director de la Unidad de Investigación de Enfermedades del Hígado de la Fundación Clínica Médica Sur, Nahúm Méndez Sánchez, consideró que ‘la falta de concientización y la desinformación sobre el cuadro, combinadas con el estigma social, son los principales retos para controlar la prevalencia de la hepatitis C, especialmente en América Latina‘. ‘Si tomamos en cuenta que muchos pacientes infectados con el virus de la hepatitis C no experimentan síntomas, los exámenes de rutina y la detección temprana son pasos vitales para ayudar a contener el aumento de los casos, y esto se puede hacer con tan solo una prueba de sangre‘, destacó el especialista.
Los virus de la hepatitis, enfermedad que se caracteriza por la inflamación del hígado, son la causa más frecuente de las hepatitis, que también pueden deberse a otras infecciones, sustancias tóxicas como el alcohol y determinadas drogas, o enfermedades autoinmunitarias, sostuvo la OMS. Asimismo, reportó que el virus de la hepatitis C (VHC) se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, que puede suceder mediante transfusiones del fluído y derivados contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. La transmisión sexual también es posible, pero menos común, expresó el organismo internacional, y recordó que no hay vacuna contra la infección por el VHC.