La jurisdicción es la que está al norte del hipódromo. La tradicional esquina de Blas Parera y Estado de Israel es la más emblemática, ya que allí nace un zanjón que hasta no hace mucho tiempo llamaban “El zanjón de la muerte”.
Flavio Raina VECINAS INVOLUCRADAS. Antonia, Petrona, Noemí y Zulema hablaron con El Litoral sobre la actualidad del barrio.
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Faltan colectivos. Personas marchando en dirección hacia la avenida Blas Parera es una postal constante en este barrio de la ciudad. Ello obedece a que por el interior solamente circula un ramal de la Línea 1 cuatro veces al día. “No nos queda otra que caminar. Hasta hace unos años entraba el 5, pero luego dejó de hacerlo porque el zanjón de Estado de Israel ganó terreno al deteriorado asfalto y se empezó a ensanchar”, manifestó Zulema, una vecina.
Los ojos de Petrona son distintos a los de sus vecinas Antonia, Noemí y Zulema. Hace siete años, a su hija la mataron en un hecho de inseguridad y desde entonces tiene una herida que no cicatriza y duele. Petrona es la madre de Sandra Ríos, quien fue alevosamente asesinada en 2007, cuando un delincuente la apuñaló para robarle la cartera que llevaba. Sandra iba camino a su trabajo y tenía tres hijas.
Cuando el equipo de Crónicas de Barrio llegó a Cabal, los vecinos no tardaron en acercarse para contar los problemas y necesidades del barrio. Petrona fue uno de ellos. Que se complete el entubado de Estado de Israel, que se mejore el alumbrado público y que se extiendan los servicios de cloaca y gas natural fueron algunos de los pedidos. Pero como prioritario, todos los habitantes consultados consideraron “que mejore la seguridad”.
“Yo ya perdí una hija por la inseguridad que reina en esta ciudad. Quedaron tres nenas, que están a mi cargo, y no quiero que les pase nada. Por ellas estoy acá, reclamando. Mis nietas son un pedazo de mi hija y cuando pasan cinco minutos de la hora que tienen que llegar a casa después de la escuela ya me preocupo y pienso que algo malo les pasó”, dijo Petrona. Y agregó: “Desde que sucedió lo de mi hija, en barrio Entrada Norte, las cosas no mejoraron; por el contrario, empeoraron. Ya no se puede vivir así”.
Noemí comprende a Petrona más que nadie. A su hija también la asaltaron, pero “gracias a Dios no la mataron”. “Lo de mi hija sí sucedió en Cabal. Lo peor es que cuando fuimos a la comisaría me tomaron el pelo y me dijeron que como eran menores los carteristas de esta zona no se podía hacer nada”, refirió.
Antonia, por su parte, vive en Cabal desde que nació. Cuenta que cuando era chica el barrio era un paraíso. Si bien era todo campo y había muy pocas casas, se podía permanecer hasta altas horas de la madrugada sentado en la vereda contemplando el paisaje o respirando aire puro. “Cuando era adolescente, si alguien por la noche te encontraba caminando sola en el barrio te preguntaba si no necesitabas ayuda. Que alguien te robe o te asalte era impensado, mucho menos que te maten por algo que llevabas encima”, señaló.
Zulema añadió que vive en Cabal hace 45 años y desde entonces a esta parte el progreso fue muy lento. “Que yo recuerde, en 45 años se hicieron muy pocas cosas. Lo más reciente fue el entubado de 300 metros del zanjón de Estado de Israel”, dijo.
Historia
Según archivos de El Litoral, barrio Cabal nació hace 75 años. Los pobladores más antiguos recuerdan los studs sobre calle Cervera y Estado de Israel y tres cavas inmensas que empezaban en Cervera y Vieytes y llegaban hasta Alsina. Esas cavas empezaron a desaparecer por 1970 y sobre ellas comenzó la edificación de viviendas.
Blas Parera fue una calle sin asfaltar hasta 1963, cuando se pavimentó una mano. Allí se tomaba el tranvía 5, y la única salida de los vecinos era por Estado de Israel, ya que las otras calles estaban cerradas por vías con molinetes. Desde Vieytes a Estado de Israel, el barrio estaba íntegramente atravesado por una lonja de eucaliptus.
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Vecinas involucradas. Antonia, Petrona, Noemí y Zulema hablaron con El Litoral sobre la actualidad del barrio. Dijeron que en nada se asemeja al que era cuando lo habitaron por primera vez.
Desagües obstruidos. Jorge Pérez vive en Cabal hace 6 meses. Se autodefine como un vecino nuevo oriundo de barrio La Lona. Crónicas de Barrio lo encontró realizando la limpieza del desagüe a cielo abierto que hay frente a la casa que alquila y que “estaba en pésimas condiciones”. “Por ahora no me tocó vivir una lluvia intensa, pero por las dudas estoy de limpieza para prevenir las consecuencias”, dijo.
Olores nauseabundos. Durante años, el zanjón de Estado de Israel fue generador de múltiples reclamos. Hoy lo sigue siendo, ya que de allí emanan olores nauseabundos que se sienten desde las casas que están enfrente. Cabe señalar que los primeros 300 metros de este zanjón, que nacía en Blas Parera y era considerado como el zanjón de la muerte, fueron entubados recientemente a través de la construcción de un conducto de hormigón armado.
Para saber (*)
Servicios. Los vecinos de Cabal cuentan en la jurisdicción con energía eléctrica y agua potable. No poseen gas natural ni cloaca. Varias viviendas tienen acceso a los servicios de televisión por cable, telefonía e Internet.
Transporte público. Sólo un ramal de la Línea 1 que ingresa cuatro veces por día: a las 7 de la mañana, a las 12, a las 17 y a las 20. Quienes precisan dirigirse a otros puntos de la ciudad fuera de esos horarios deben caminar hasta Blas Parera.
Escuelas. Una, Camila Cáceres de Ballarini.
Centro de Salud. Uno, en pasaje Leiva 6750
Comisaría. No hay. El barrio corresponde a la Seccional 10a. de Policía.
Vecinales. Una, Domingo F. Sarmiento.
Espacios públicos. No hay.
(*) Los datos fueron proporcionados por la vecinal del barrio.