Pasadas las 18 horas, seguía sin sesionar la Cámara de Senadores. Las diferencias entre el oficialismo y la oposición respecto de la posibilidad de tratar un proyecto de ley para restablecer el derecho al descanso dominical, que reclama el gremio de comercio, mantenían inactivo al recinto, y muy activo a su entorno. Los pasillos, los despachos y la sala de reuniones de la Presidencia encerraban negociaciones tensas y dejaban escapar todo tipo de versiones.
Como se sabe, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto, que desde hace tiempo impulsan los empleados del sector. Pero en el Senado hubo sólo un avance menor: una de las comisiones que debe tratarlo, la de Economía, produjo un despacho que disparó especulaciones para una pronta sanción.
Debe advertirse que resta que den su opinión la Comisión de Presupuesto y Hacienda y la de Asuntos Constitucionales. Sin esas firmas, el tema solo puede ser tratado sobre tablas, es decir, con una mayoría especial que hasta ahora no han conseguido quienes impulsan la norma.
Luego de más de tres horas de espera, en sus bancas solo se presentaron ocho senadores del peronismo: sabían que sin el oficialismo no iban a poder lograr el quórum necesario para sesionar, pero con su presencia se ocuparon de dejar en claro que les son ajenas las responsabilidades políticas por el (hasta esta hora, las 18.20, eventual) fracaso de la sesión.
En las filas del Frente Progresista, Cívico y Social no hay ánimo para tratar el tema, aún si se incluyen algunas de las modificaciones que han propuesto en las últimas negociaciones. En esa bancada se buscan también compromisos del PJ para tratar otra ley: la que reclaman Santa Fe y Rosario para contar con el Fondo de Obras Menores, que hoy las discrimina.
Mientras, en la explanada de la Legislatura una ruidosa manifestación de empleados de comercio (en la que abundan grupos llegados de otras ciudades, sobre todo Rosario) reclama a viva voz la sanción de la norma.