Enrique Cruz (h)
Murió Julio Baldi. Su salud estaba muy deteriorada, pero igualmente la noticia causa estupor en aquéllos que lo conocimos y, sobre todo, en los tatengues que peinan canas y que fueron compañeros de comisión, rivales ocasionales (sólo en lo político) o directamente socios o hinchas de un Unión diferente y con muchos vaivenes.
Julio Baldi fue también un empresario exitoso, dueño del hotel Rio Grande en pleno centro de Santa Fe, que comenzó su carrera laboral como empleado del Correo, luego fue joyero y logró alcanzar una posición económica ventajosa que le permitió ser uno de esos tantos dirigentes que pusieron su chequera al servicio del club, aunque nunca hizo ostentación de su fortuna.
Baldi comenzó a aparecer en Unión en la década del 60 y se recuerda aquella gloriosa jornada de julio de 1969, cuando en cancha de San Lorenzo se produjo una de las victorias más importantes que consiguió el Tate. Fue el 4 a 3, luego de ir perdiendo 3 a 0, ante Newell’s Old Boys y la clasificación para el Nacional de ese año. Apoteótica, milagrosa, con tintes heroicos y que quedó grabada en el recuerdo de los hinchas de Unión por siempre. Esa noche, don Julio Baldi le dio un suculento premio al plantel, cuando la alegría embargaba el vestuario del viejo Gasómetro de avenida La Plata, en tiempos de la presidencia de don Marcelo Casabianca.
Llegó 1970 y el descenso. Julio Baldi era el presidente de Unión cuando se llevó a cabo aquella famosa asamblea de enero de 1971, cuando se decidió la desafiliación de Afa para volver a jugar en Primera a través del viejo torneo Regional. Fueron dos intentos fallidos en 1971 y 1972, perdiendo sendas finales con Don Orione de Chaco y con Gimnasia y Esgrima de Mendoza, hasta que se produjo el retorno a las filas afistas en 1973.
Baldi integraba un “cuarteto” privilegiado junto a Corral, Gerónimo Veglia y Moráguez. A ellos se sumaron otros grandes dirigentes, que fueron responsables de la vuelta a Primera en 1974, ya con el doctor Super Manuel Corral al frente del club y aquella revolución futbolística de la mano del Toto Lorenzo.
Las primeras reuniones con el Toto se hicieron en el edificio Havanna en Mar del Plata, con Baldi como principal interlocutor. “Ustedes elijan: se hace el esfuerzo económico y se forma un equipo con pretensiones; o armamos algo para no descender y nada más”, les dijo el Toto, tratando de persuadirlos para que se hiciera lo que en definitiva se hizo: un equipo que peleó bien arriba. Llegaron el Loco Gatti, Mastrángelo, Baudillo Jáuregui, Marchetti, Espósito, Cocco, Suñé, Trossero, Tojo y Marasco, entre otros. Y Unión fue noticia nacional.
Baldi estuvo siempre en Unión. Muchas reuniones se hacían en el mismo hotel. Mientras el “grupo de Corral” gobernó el club, su presencia y su asistencia económica nunca faltó.
Hombre de mundo, fuerte, firme y de convicciones, se transformó en una persona de permanente consulta. Formó parte de los “notables” que Unión tenía, en muchos casos como reserva directriz, y que pese a sus marcadas diferencias, supieron juntarse en algunos momentos de crisis política, económica o deportiva. Con el propio Corral, Veglia, Malvicino, Ulla, Vega, Kopp, Ringa, el escribano Neme y varios más que se escapan a la memoria, fueron los que aparecieron en escena cuando Unión los necesitó. Y es una pena que aquellas diferencias políticas haya sido un escollo para que todos juntos, unidos, puedan llevar a Unión mucho más lejos de lo que fue.
Su último aporte por Unión lo dio cuando Juan Vega le ganó las elecciones a Malvicino. Baldi contribuyó muchísimo en aquél triunfo electoral, trabajó para ello y asumió como síndico. No terminó bien en aquella comisión. Se alejó y fue el adiós definitivo a su actuación en Unión. Murió Julio Baldi, un “notable” tatengue.