El Litoral
Un menor de 17 años identificado como el nieto de Dolly, la anciana de 71 años brutalmente asesinada el lunes por la tarde en barrio Scarafía, fue detenido por la policía junto a su novia, de 27 años, este miércoles cerca de la medianoche, en el marco de la investigación del crimen.
Según se informó, el menor junto a la joven fueron advertidos por la policía cuando caminaban por avenida Aristóbulo del Valle y Padre Genesio, y fueron aprehendidos a la altura de la intersección de la avenida con calle Risso.
Cabe recordar sobre el caso que Hermelinda Ayala (71) -conocida por todos como Dolly- fue brutalmente apuñalada hasta darle muerte en su casa de Padre Genesio al 5400, en barrio Scarafía, el lunes por la tarde. Dolly recibió múltiples heridas de arma blanca en rostro, cuello y tórax.
La policía que investiga el caso detectó el faltante de una motocicleta, por lo que la primera pista fue la de un robo. Lo que no se explica es la brutalidad y saña contra la víctima. Hermelinda gozaba de un alto concepto entre los vecinos de barrio Scarafía, lugar donde vivía hace ya más de 40 años.
La pista
Desde un primer momento los investigadores estaban convencidos de que el asesino tenía que ser del entorno de la víctima: cuando ingresaron a la escena del crimen se encontraron con todo ordenado, sólo se habían llevado la moto, habían abierto la puerta con poca violencia, dejó la llave y una linga; es decir que el o los asesinos debían conocer la escena.
Con estos elementos de investigación, este miércoles apareció otra pista. un policía de calle avisó que la moto robada estaba en Monte Vera y que presuntamente habría sido vendida. La policía se dirigió hacia la vecina ciudad, encontró la moto y detuvo por encubrimiento a quien la tenía. El hombre, un chaqueño de 48 años que trabaja en un campo propiedad de bolivianos, manifestó que la compró de buena fe, por 1500 pesos a pagar en dos cuotas. Y le quitó las chapas patente.
Atrapado
Una vez encontrado el botín, la policía contó con otros datos que apuntaron hacia el menor que ahora está detenido. Tras algunas horas de búsqueda, el menor fue avistado en Aristóbulo y Genesio junto a su pareja, de quien se supo que estaría embarazada. La policía atrapó a ambos y los trasladó a sede policial. Llamó la atención que el menor presentó cicatrices de heridas cortantes en sus manos (la víctima fue apuñalada).
La policía le tomó declaración al menor adelante de su padre. Entonces el sujeto habría narrado que tenía un problema económico y estaba desesperado por el embarazo de su pareja, y luego habría confesado el crimen. Incluso trascendió que al matarla le habría pedido perdón a su abuela. También trascendió que el menor habría cometido la locura en soledad y que su pareja lo aguardó en una plaza. El móvil del crimen habría sido el robo de la moto para la posterior venta y su presunto autor no tenía antecedentes ni era un reconocido delincuente.
Muy querida
Generosa y trabajadora. A nadie sorprendía que Dolly (como la llamaban sus conocidos) tendiera una mano para que algún vecino de “bolsillo flaco”, llegue a comprar lo necesario para “parar la olla”. Es por esto que muchos vecinos se acercaron hasta el domicilio este martes por la tarde, movilizados por el dolor, la incomprensión y en reclamo de mayor seguridad para el barrio.
Dolly llevaba una vida serena y ordenada. Pasados los años en que crió a sus cuatro hijas, ahora la mayor parte de su tiempo lo dedicada a un modesto almacén y kiosco que montó en su propio domicilio, en Padre Genesio al 5400.
Por la puerta de atrás
Lo último que se supo de Dolly es que el lunes por la tarde, cerca de las 19, atendió a un vecino del barrio que fue por algunas mercaderías.
Y poco después, aproximadamente a las 20, otro vecino concurrió al negocio aunque pese a los reiterados llamados, jamás fue atendido.
En el medio de dichos trámites un ser diabólico irrumpió en el inmueble y desató una verdadera obra de locura y muerte.
Lo que se sabe es que el intruso se ganó al interior de la finca, previo escalar una pequeña reja de un pasillo que lo depositó en un patio trasero. Una vez allí violentó una puerta lo que le permitió ingresar a la casa donde sorprendió a la mujer.
Lo que siguió fue un acto macabro.
Con una tijera
Dolly recibió gran cantidad de puntazos en la zona del rostro, cuello y tórax. Las lesiones fueron de tal gravedad que le ocasionaron la muerte prácticamente en el acto.
Según trascendió para consumar el ataque el agresor se valió de una tijera, elemento que fue abandonado en el lugar y luego secuestrado por los investigadores.
Fue una hija de Dolly quien descubrió el horrendo suceso cuando, minutos después de las 20, arribó al lugar junto a su esposo en plan de visita.
Un primer detalle llamó la atención de los visitantes. La puerta del pasillo estaba abierta. Y ni bien ingresaron a la casa, el espanto les hizo frente.
La dueña de casa yacía sin vida en su dormitorio. Estaba vestida, acostada en la cama, con las lesiones ya descriptas.
Sólo la moto
Los familiares apuntaron que lo único que faltaba en la casa era una motocicleta, propiedad de una de las hijas que vivía con Dolly.
El caso del crimen de la señora Ayala presenta muchos puntos de análisis.
En primer lugar el ensañamiento del matador. No sólo por la cantidad de puntazos que propinó, sino que además completó su faena, colocándole un trapo en la boca a la víctima.
Resulta llamativo también que del lugar solo se llevaron la moto Honda Wave, de color rojo, descartando otros elementos que podrían haber sumado a su botín.
Una billetera y un anillo de la víctima no fueron del interés de los asesinos, como así los pocos billetes que había en la caja registradora del negocio.