La historia de ese muchachito que lijaba botiquines para los hospitales en Buenos Aires y que no se pudo probar en Colón, porque ese día llovió. Foto: Pablo Aguirre
Nació en Villaguay, se lo llevó River, pudo jugar en Colón y al final arrancó en Unión. Debutó en un clásico, hizo goles memorables y fue uno de los jugadores más talentosos que se vio pasar por la avenida. Habla de todo y de todos.
La historia de ese muchachito que lijaba botiquines para los hospitales en Buenos Aires y que no se pudo probar en Colón, porque ese día llovió. Foto: Pablo Aguirre
Luis Abdeneve en el mano a mano con El Litoral. “Yo no era de los más guapos adentro de la cancha, así que cuando veía que enfrente había un defensor que era duro, fuerte y pegaba, lo mandaba al Pelado Centurión”. Foto: Pablo Aguirre
—¿Le tenías miedo a esa clase de rivales?
—¡Por supuesto!... Yo veía por dónde podía jugar... Y si había un tipo con el que no iba a poder, lo mandaba al Pelado Centurión, que era fuerte y guapo... El jugador no deja de ser inteligente por buscar un lugar en el que pueda marcar la diferencia... ¿Nombres?, Gallego, Passarella, Bauza... El Patón no era malintencionado pero calzaba 46 y medía 1,90... Enzo Trossero... Una sola vez lo enfrenté a Pernía, tenía músculos en el cuello, te juro que asustaba...
—Y cuando te pegaban, ¿te bancaban tus compañeros?
—¡Por supuesto!... Brindisi, el Chino Benítez, Hugo Zavagno... Lo que hicieron esos muchachos con el grupo, cuando llegaron, más Horacio Cordero y el Turco Alí, fue fenomenal, teníamos un equipazo.
—¿Cuál fue el “9” con el que más te entendiste?
—Era fácil jugar con el Pelado Centurión, con Gareca, con el Pampa Gambier... Te marcaban el pase... Para el jugador con técnica, meter un pase entre líneas no es difícil... Me llevé bien con el Pichi Escudero, con el Turco, en Bolivia con el Diablo Etcheverry, con Urruti.
—Entre tantas virtudes, a Bochini era imposible pegarle y metía pases entre líneas fabulosos, pero no iba a dejar cinco tipos en el camino como los dejaste vos contra Newell’s o aquellos golazos en Platense y Boca...
—Yo también era un buen asistidor. A Gambier, en un clásico con Estudiantes, lo dejé mano a mano dos veces y ganamos 2 a 0. Hoy se convalida la asistencia, pero antes no se reconocía.
—Si hubieses nacido 20 años después serías millonario, ¿no?
—Y bueno, en ese momento ibas a Europa si salías en El Gráfico, y yo salí tres veces. Hoy se le exige mucho al jugador que juega.
—¿Vos eras enganche y sólo enganche, no podías jugar en otro puesto?
—No todos son como Piatti, que puede jugar de enganche, media punta o doble cinco. Hay jugadores de mitad de cancha para adelante que no podés obligarlo a que retrocedan mucho y con la misma eficacia. Es más fácil encontrar jugadores para un solo puesto y no para tres o cuatro puestos. No existe que un jugador pueda jugar en cualquier puesto. En River jugaban Jota Jota López, Merlo y Alonso, con funciones bien definidas. Y fue uno de los mejores mediocampos de la historia. Hoy veo que se juega con dos líneas de cuatro y dos delanteros y no entiendo por qué a los carrileros se los obliga a retroceder enseguida y tanto, cuando están los marcadores de punta para marcar el sector.
—¿Se juega con miedo a perder?
—Carlos Trullet tiene razón cuando dice que no es lo mismo un entrenador que está empezando con el que tiene una fortuna en su cuenta bancaria. Yo entraba a jugar, y a partir del juego buscar la victoria. Pero había entrenadores que te transmitían el miedo a perder la pelota, por ejemplo.
—¿Te peleaste mal alguna vez con un entrenador?
—Con dos me crucé feo, fue verbal pero para terminar mal, a las piñas. Siempre por malos entendidos de un compañero o de un periodista, no por lo que yo había hecho.
—¿Viste trompadas adentro de un vestuario?
—Por supuesto, pero lo ideal es que, si pasa, quede adentro del vestuario. Hablamos del fair play y a los dos minutos estamos pidiendo una amarilla o una roja a un rival. Gracias a Dios pocas veces discutí con un compañero... Una vez, en cancha de River, lo dejé tirado dos veces a Fillol y erré el gol. ¡¿Sabés lo que fue el regreso a Santa Fe en el micro?!. Mis compañeros me miraban con una cara que ni te cuento.
—¿Te cuidaste en tu carrera?
—No fumé, no tomé alchohol y tampoco trasnoché... Mis compañeros decían que era un irresponsable porque llegaba tarde a los entrenamientos, pero no por andar con cigarrillos o con el alcohol.
—¿Alguna vez viste droga en el fútbol?
—Tuve la suerte de tener una muy buena enseñanza de parte de mi viejo, que no sabía leer y escribir pero sabía los límites de lo bueno y lo malo. Me tocó alguna vez que me indicaran que tomara droga para mejorar el rendimiento, pero mi respuesta siempre fue negativa.
—Pero te la ofrecieron...
—Sí, claro. En la Copa Libertadores no había control antidóping... Los mejores aplausos y las mayores puteadas me las llevé con lo mío, sin ayuda.
—¿Te bancaste la altura en Bolivia?
—No, para nada. El profesor Habbeger me hacía entrenar en doble turno y eso me ayudó a controlarla. El presidente dijo hace poco en una nota con Fernando Niembro que recordaba uno de los goles que había hecho. Allá me tuve que ir después de haberme peleado con un periodista.
—¿Cómo jugarían tus equipos si tuvieses que dirigir?
—Línea de cuatro atrás, tres mediocampistas, un enganche y dos delanteros; o si no, 3-4-1-2... Pero siempre con un enganche. Es un desperdicio no jugar con enganche. Mientras jueguen Riquelme, Pisculichi o lo que hizo el Mago Ramírez cuando entró el otro día, los delanteros serán bien asistidos.
—¿Y si tenés que jugar con 4-4-2 como todos?
—Que el doble cinco sea un jugador como Alemán, que al final termina jugando de enganche.
—¿Por qué Unión y Colón no pudieron salir nunca campeones?
—Porque los dirigentes no asumen el riesgo de armar un equipo para salir campeones, les falta apostar sin miedo de perder. En inferiores se trabaja bien, pero los técnicos y los profe están mal remunerados. Salen jugadores, pero falta jerarquizar el trabajo de inferiores.
"Nunca fumé ni tomé alcohol ni me drogué para mejorar mi rendimiento, a pesar de que me lo ofrecieron muchas veces. Me decían irresponsable porque llegaba tarde a los entrenamientos”. Luis Abdeneve Ex jugador de Unión
Ese golazo que todos recuerdan