Espacio común. La casa cuenta con una gran cocina comedor, un baño y un extenso pasillo que será sala de lectura y juegos. Foto: Flavio Raina
La inversión fue de 400.000 pesos donados por empresas y particulares. Será habitada por grupos de hermanos. Es la primera de cuatro.
Espacio común. La casa cuenta con una gran cocina comedor, un baño y un extenso pasillo que será sala de lectura y juegos. Foto: Flavio Raina
Los dormitorios. En total hay tres habitaciones perfectamente ambientadas para los niños. En ese lugar estarán alojados los grupos de hermanos. Foto: Flavio Raina
Futuros ocupantes
Los niños llegan a Casa Cuna por razones particulares pero, en general, el trasfondo es el mismo: la vulneración de sus derechos. “En algunos casos sufrieron violencia, descuidos, fueron maltratados y están tristes, desconfían del adulto. Lo que hacemos en el hogar es hacerles conocer que se puede vivir de otra forma”, explicó Molina. Con esa intención, se pensaron las casitas que estarán ocupadas por los grupos de hermanos que viven en el hogar.
“Si bien fueron separados de sus hogares de origen, los problemas los tienen con los adultos, no con los hermanos. Además, generalmente, entre los hermanos se protegen y se acompañan. Como pasa en cualquier familia”, indicó la directora.
Finalmente, a modo de balance, Molina dijo que en Casa Cuna “hubo cambios contundentes y fundamentales que debían llevarse adelante”. Y agradeció “infinitamente” a todos los que colaboraron con el emblemático hogar.
“Estamos llegando al final de un año con concreciones del trabajo, los logros se pueden ver y eso da ganas de seguir”. Mercedes Molina Directora ejecutiva de Casa Cuna