El Litoral
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Si bien la convocatoria a la marcha surgió de los vecinos de Siete Jefes, tras el asesinato de Gerardo Testi ocurrido el viernes pasado, la participación trascendió los límites de este barrio. “Esta marcha no es solamente por lo que pasa en esta zona, sino por un problema que afecta a toda la ciudad de Santa Fe. Todos somos víctimas de la inseguridad”, señaló el presidente de la vecinal de Siete Jefes, Néstor Capodano, minutos antes de la concentración.
A partir de las 13, comenzaron a llegar los primeros vecinos a Bulevar Gálvez y Vélez Sarsfield. Cerca de las 13.15 ya eran unos 200. Los manifestantes reclamaron la presencia en el lugar del ministro de Seguridad, Raúl Lamberto. También se podían ver carteles con tres palabras: “seguridad - paz - tranquilidad”.
A la marcha asistió la familia, con niños y abuelos. Fue notorio observar la presencia de gente adulta que decidió salir a la calle a manifestarse; muchos de barrio Candioti.
Mientras unos aplaudían, otros portaban las pancartas, un puñado de vecinos repartía volantes a los autos que circulaban por la zona y adherían a la manifestación con bocinazos. Los volantes expresaban un pedido unánime: justicia - respeto - seguridad - paz.
“En otros barrios, el gobierno puede decir que los homicidios son por ajustes de cuenta, pero lo que pasó con Gerardo Testi en nuestro barrio, el comerciante Sergio Carande en Candioti Sur y la muerte de la nena Serena en el Club Regatas son claros hechos de inseguridad que se producen porque no hay control ni una política seria en materia de seguridad”, aseguró Capodano.
El malestar social es evidente. Los vecinos están preocupados por la violencia que se vive en las calles santafesinas y el peligro de ser asaltados dentro de sus propias casas, pero también,están hartos e indignados por la falta de políticas eficaces. “Ya nadie cree en nada y la gente está muy enojada con todas las autoridades: desde el intendente, los legisladores, los jueces, el ministro y el gobernador. La cosa está muy complicada”, resumió el vecinalista en representación de los manifestantes.
Lo que más indigna es que las respuestas son reacciones tibias y esporádicas ante un hecho puntual o un reclamo masivo, pero no se sostienen en el tiempo y tampoco atacan el problema de fondo. “En octubre —y hasta noviembre— nos pusieron patrullaje permanente y la cosa anduvo bien. Pero cuando en diciembre nos sacaron el patrullaje, pasó lo que pasó con Testi”, se lamentó Capodano.
Hace más de un año que los moradores de Siete Jefes vienen solicitando contar con un destacamento policial y con cámaras de seguridad. Ya presentaron varias notas, pero hasta ahora sus pedidos no fueron escuchados. “¿Cuántos muertos tenemos que esperar para que nos den una solución?”, cuestionó un vecino, con mezcla de bronca y decepción.
Apoyo
A través de las redes sociales, los socios del Club Regatas difundieron la convocatoria a la marcha y se organizaron para participar. “En primer lugar, decidimos concurrir porque la institución forma parte del barrio. Pero además, nosotros ya hemos tenido tragedias de armas y balas y muchísimos socios denuncian que sufren robos o arrebatos en las inmediaciones del club, cuando vienen caminando o en bicicleta”, contó el presidente de la institución, Sergio Buchara.
También muchos de los socios viven en Siete Jefes y Candioti, por lo cual los últimos sucesos los tocaron muy de cerca. “Testi fue socio del club y también fue vecino mío. Toda mi familia vive en Siete Jefes y están realmente muy preocupados por los robos que se viven a diario y que terminaron con este asesinato. Lamentablemente se ve que hay que esperar estos hechos en lugar de prevenirlos”, criticó Buchara.