Alberto Sánchez
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La cita con Julio César Toresani la pautamos para las últimas horas de la tarde santafesina. ¿El lugar?, la propia casa que el “Huevo” posee en uno de los barrios privados a la vera de la autopista. Con la sencillez que lo caracteriza, me recibió en su cómodo hogar, más precisamente en el amplio patio, para charlar del tema que surja. Por supuesto, Colón fue el asunto preponderante, pero el diálogo comenzó con un balance de año signado por acontecimientos negativos desde lo personal: “La verdad es que tuve un año muy duro, en seis meses me quedé sin los viejos, fue una cosa de locos”.
Pero rápidamente, abordó lo profesional: “Para colmo, me tocó descender con Colón, otra de las cosas negativas. Menos mal que finalmente recuperamos la categoría”. Sí, dijo “recuperamos”, a pesar de que al objetivo lo logró un nuevo cuerpo técnico, el de Reinaldo Merlo. Por eso lo aclaró: “Yo me siento parte. Creo que prácticamente nosotros fuimos los que logramos el ascenso, los jugadores más que nadie. Estoy muy contento por el ascenso, hicimos una campaña impresionante”.
—¿Te hubiese gustado quedarte hasta el final del torneo?
—Seguro. El tema era aguantar un poco más, nada más, estábamos entre los cinco clasificados y sólo faltaban cuatro partidos. Yo me quedo con el apoyo de la gente y el agradecimiento por el logro.
—¿Por qué terminaste integrando el cuerpo técnico de Osella?
—Fue simple. Ni bien “Lalo” ganó las elecciones me comentó que tenía dos técnicos en carpeta, uno era Rezza, (lo tuvo como entrenador en Colón), a quien considero un ganador y un señor, por eso le dije que era el técnico ideal. Y también me habló de Osella, al que había visto trabajar como ayudante de Sensini. De acuerdo al presupuesto se decidió por Diego, y me pidió que lo acompañe.
—¿Cómo viviste el primer semestre?
—Después de hacer una gran campaña lamentablemente no nos alcanzó para salvarnos, aunque no se pudo mantener la categoría por decisiones tomadas en los escritorios, con la quita de los seis puntos. No nos olvidemos de que arrancamos el torneo cinco puntos más abajo del último equipo que peleaba el descenso.
—¿Y la segunda mitad del año?
—Se hizo un gran trabajo, pero estoy muy dolido por el final, por el desenlace. Quiero aclarar que yo no quería ser el entrenador del equipo tras la renuncia de Osella, lo que pensaba era terminar el torneo al frente del equipo, nada más, y después que decidan los dirigentes.
—¿Supiste por qué renunció Osella?
—Hasta el día de hoy no le encuentro explicación. Diego renunció sin avisarme. Después del partido con Argentinos entró al vestuario, llegaron los dirigentes y ahí nomás presentó la renuncia, sin hablar antes conmigo. Yo primero me sorprendí, y después di mi punto de vista, dije que no estaba de acuerdo, que aún estábamos en carrera, pero también sabía que no era ético quedarme, y con todo el dolor del alma tuve que dar un paso al costado.
—¿Hablaste con Osella después de eso?
—Lo llamé un par de veces pero no me respondió, y eso que nos juntábamos todas las semanas acá en mi casa, en la de “Lalo” o en la del “Tano” Porta; nuestras familias se conocían, pero después de ese partido contra Argentinos fue imposible hablar con él.
—¿Creés que puede estar molesto con vos?
—Me han comentado que dijo que yo no me sentía cómodo siendo segundo de él, pero al contrario, yo estaba en Colón, estaba trabajando en mi casa. Es una pena, pero pienso que a él le molestaba que yo esté al lado, creo que debe ser porque en Colón, el apellido Toresani pesa, porque de alguna manera mi trayectoria en Colón le molestaba.
—¿Y a vos?, ¿no te molestaba que él sea el técnico?
—A mí nunca me molestó, al contrario. Yo estaba contento, aparte pienso que es un buen entrenador, muy trabajador. El día que cambie su carácter, su forma de expresarse, va a tener un muy buen futuro.
—Corregime si me equivoco, ¿puede ser que te hayas aguantado algunas cosas que no te gustaban sólo por respeto?
—Es así. Aunque no coincidía con Osella, siempre respeté sus decisiones, él era el que estaba al frente y por eso decidía. Para mí había jugadores que tenían que jugar y él no pensaba lo mismo. Por ejemplo, para mí Bíttolo tenía que ser titular, y terminó poniéndolo casi por obligación. Eso al margen de la forma de plantear los partidos.
—¿Cómo es eso?
—Yo siempre aposté a salir a ganar, pero eso lo aprendí desde que jugaba. He jugado en equipos chicos, pero lo hice en clubes grandes, y ahí sólo sirve ganar. Pero Osella era el técnico y aunque no estuviera de acuerdo, yo respetaba sus decisiones, igualmente le hacía saber mi manera de pensar, porque creo que era lo más honesto de mi parte. Otra de las cosas con las que no estuve de acuerdo con Osella, es que estando bien físicamente, Llama y Ramírez tenían que jugar. Si el “Mago” decide quedarse va a ser muy importante, aunque no creo que tenga muchas posibilidades de ser titular con la forma de jugar de Mostaza. Sería una lástima porque tiene ganas de seguir en Colón, pero es lógico que quiera jugar, es un jugador distinto.
—¿Te asustaste en algún momento, después de Pergamino?
—Sí, seguro. Me asusté porque noté que el equipo terminó mal física y futbolísticamente, pero además los chicos estaban sufriendo una gran presión, y hubo rendimientos bajos de parte de cuatro o cinco jugadores importantes. Incluso hasta que terminó el primer tiempo contra Boca Unidos estaba asustado. Menos mal que en el segundo, con la velocidad de Pavón y la entrada de Ramírez se pudo solucionar.