Los primeros y los últimos días de enero, encontraron a los santafesinos con dos noticias calcadas que tuvieron como principales protagonistas al calor y las palometas. Llamativamente, o no, la aparición de las últimas depende exclusivamente de la manifestación del primero. Dato remanido si los habrá, de las altas temperaturas y las aguas bajas surge un efecto de imán para los agresivos peces. Así, el 6 de enero seis fueron los atacados en el Espigón I y la playa de barrio El Pozo. Mientras que el pasado 31, 12 resultaron las víctimas en la Costanera Este. Todos los veranos lo mismo, dirá Doña Rosa. Y tiene razón. Casi casi como los mosquitos pero con consecuencias más desagradables. Las lesiones que producen las palometas con un bocado de sus filosos dientes son profundas, ``si te muerde un dedo te lo pueden cortar'', indicaron desde el Instituto Nacional de Limnología (Inali). Y si te agarran de a varias puede causar heridas de más de dos centímetros, diámetro que no suele superar la mordida circular de una de ellas''. Su bocado preferido para ellas es, tal vez, el que presenta más incomodidades para las personas: la planta y los dedos de los pies. Los integrantes del Laboratorio de Ictiología del Inali precisaron que son muchas las especies que existen, pero las más comunes en nuestra zona son la spilopleura, conocida como piraña, palometa brava o palometa brillante; y la nattereri, llamada palometa mora o palometa pacusa. Características Bien viene recordar las particularidades y comportamientos de estos peces que, según los pescadores, no se pueden exterminar. Uno de ellos ilustró la secuencia que se repite una y otra vez cuando tira la línea: ``se hace un cebadero y de ahí no se va, la palometa no se mueve''. Perciben la sangre, por eso cuando una de ellas muerde a alguien es muy probable que las otras se acerquen para atacar a otros. Es entendible, entonces, que los guardavidas cuando se anoticien de un caso le pidan a todos los bañistas que se retiren del agua. Pero repasemos los datos que brindaron desde el Inali. Lo primero que surge es que son considerados uno de los peces más agresivos y carnívoros de la fauna sudamericana. Además de la actitud, los dientes ayudan: son sumamente cortantes, por eso fue que los indígenas del Gran Chaco los utilizaban como cuchillas naturales. ``Gozan de la peor reputación'' en los relatos populares, indica un informe del Inali. Es por ser ``feroces carnívoros, que protagonizan numerosos relatos de ataques, que incluyen desde cortar la línea de un pescador, cortar las mallas y mutilar peces, hasta limpiar rápidamente un cuerpo que cae al agua''. Para su reproducción, utilizan las plantas acuáticas flotantes (como los camalotes), donde los progenitores realizan los cuidados de su prole. Siempre andan en cardúmenes y su actividad, por supuesto, aumenta en el verano y es aún más intensa durante las horas de luz. Comen otros peces que son sorprendidos por ellas -emplean tácticas de aproximación sorpresiva-, y durante su alimentación el área es patrullada periódicamente por 5 a 6 individuos. Los cardúmenes que forman son grupos de hasta 20 individuos, que permanecen juntos durante un tiempo (al menos 3 a 6 días en la misma área). Si bien su dieta es variada, consumen principalmente insectos y peces. En cuanto a su frecuencia, es habitual que se produzcan varios ataques en unas pocas horas y a diferentes personas, producto de la actividad de cardúmenes que exploran las playas. Especificidades Las pirañas o palometas presentan los siguientes rasgos característicos: - Son agresivas y carnívoras. - Su cuerpo es comprimido y de contorno ovalado. - Sus mandíbulas son fuertes y la inferior sobresaliente. - Sus dientes son sumamente cortantes. - Protagonizan numerosos relatos de ataques. - Su actividad y peligrosidad aumenta en el verano. - Se caracterizan en el corte de presas por bocados. ¿Y la raya? Las rayas también representan una amenaza para los que frecuentan las playas santafesinas. En realidad, no debería ser tal ya que estos animales no atacan. ``La raya no quiere saber nada con uno'', indicaron desde la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia. Lo que pasa es que esta especie con forma de disco, se defiende cuando alguien la pisa y, literalmente, le clava la chuza que tiene en el extremo de la cola. Pero, vale remarcar, a diferencia de la palometa ``la raya se defiende, no ataca''. Siempre se oculta en el fondo del río, en la arcilla o en la arena. Entonces, cuando caminando por la orilla una persona la pisa accidentalmente, puede pasar un muy mal rato (varios en realidad): ``Si vos pisás una parte del disco, la cola se da vuelta y te clava la púa, que tene un canal donde inyecta el veneno'', explicaron en el Inali. Su veneno, aunque no va a provocar la muerte, es muy urticante y deja a la persona en mal estado. La chuza de la raya, que es de estructura ósea, al salir arranca y desgarra, provocando una herida que demora mucho en curar. Para evitar el mal paso, es mejor no darlo: es conveniente pasear por estos lugares arrastrando los pies para evitar pisarla. ¿Cómo cuidarse? Si bien no son pocos los conocedores, entre ellos pescadores, que indicaron que la única forma de evitar un ataque es no meterse al agua, existen algunos antecedentes en nuestra zona que muestran los intentos por prevenirlos. Por eso, en algunas áreas las autoridades competentes optaron por la drástica clausura de balnearios, aunque existen medidas menos traumáticas. En el Inali recordaron algunas como la restricción del uso del ambiente acuático a un sector determinado. Esto ocurrió en nuestra ciudad en el año 2000, cuando el ex intendente Marcelo Álvarez ordenó que se colocaran en todas las playas mallas que actuaron de cerco. Así, se reducía el potencial hábitat de estos peces, en lugar de impedir los chapuzones de los bañistas. Los investigadores del Inali indicaron que esto puede resultar exitoso, ``si el nivel del agua se mantiene estable'' y, además, ``requiere una adecuada selección del sitio y su correcta limpieza''. Por ejemplo, es necesario extraer los vegetales acuáticos de la zona, ya que éstos son un refugio seguro de las palometas. Igualmente, es preciso señalar que las palometas son una especie muy particular, dado que no se pueden suprimir. Es que constituyen poblaciones muy activas; son animales muy agresivos y siempre se las arreglan para salirse con la suya. Otras de las medidas que se tomaron para alejar las mordeduras fueron la obligación de ingresar al agua con calzado, el uso de trampas, explosivos e ictiotóxicos. El resultado es todavía una incógnita, ya que no hay mucha información sobre su efectividad.