'Necesitamos las cámaras para confirmar que está vivo'

De la Redacción de El Litoral
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Hoy se cumple un mes de iniciada la búsqueda de Juan Ariel Oitana Fedele y los resultados no son alentadores para la familia, que reclama mayor celeridad en el diligenciamiento de pruebas fundamentales para conocer si sigue en la zona o acaso escapó con rumbo desconocido.

El hombre de 40 años, oriundo de San Vicente, es padre de dos hijos de 13 y 9 años y estaba separado desde hace más de un año de su mujer María Isabel Bugnon, que junto con el amigo y socio, Jorge Taverna, esta mañana se acercaron al diario para amplificar su reclamo y tal vez así lograr que vuelva.

La denuncia por el paradero se encuentra radicada en la Comisaría de Distrito 19a. de Sauce Viejo, con conocimiento de la fiscal Carolina Parodi, responsable de la Unidad de Recepción de Denuncias del Ministerio Público de la Acusación.

Si bien Oitana fue visto por última vez entre la noche del sábado 20 y la madrugada del domingo 21 de diciembre de 2014, la denuncia se formalizó recién el 23 de diciembre, cuando un jardinero de la zona de Sauce Viejo advirtió la presencia de un auto abandonado, sin medidas de seguridad, y se contactó con el 911.

El auto

El vehículo, un Volkswagen Gol Trend gris, fue hallado en inmediaciones de las calles Chañares y Estrella Federal de Sauce Viejo, frente a una arenera abandonada, donde hay un profundo poso de agua frecuentado por pescadores de la zona.

“El domingo a las 3 de la tarde ya hubo gente que vio el auto en ese lugar”, indicó Taverna. “El lunes va un señor que se dedica al mantenimiento de piletas de las quintas y vuelve a verlo; lo llamativo era que estaba con los vidrios bajos, la radio y las luces prendidas, como si hubiera estacionado y lo dejó ahí, con las llaves y todo. El martes el mismo señor lo vuelve a ver y llama al 911, entonces la llaman a ella (María) desde la comisaría de Sauce”, resumió el amigo, junto con el cual es socio en un emprendimiento dedicado al acopio de materiales reciclables.

Previamente, el sábado a la noche, Oitana había ido a visitar a sus hijos, a la casa de su ex mujer. “Él se fue a las 00.15 del 21 de diciembre de casa a la quinta donde alquila”, señaló María. “Estaba nervioso, exitado y decía que se quería ir, que nos vayamos juntos, como que alguien lo estaba persiguiendo”, recordó. “Hasta donde nosotros conocemos no hay motivo real para lo que hizo” aunque “desde hace unos años estaba atravesando una depresión con un diagnóstico de psicosis” y según la familia se encontraba medicado.

Primera señal

El martes, cuando aparece el auto “entramos en la duda y pensamos lo peor”, dado que todo indicaba que podría tratarse de un suicidio. Pero una vez que la foto de Oitana se viralizó por las redes sociales, “a las dos horas una mamá de un compañerito de mi nene me manda un whatsapp y me pone que lo vio”.

El encuentro se produjo en las inmediaciones de las cinco esquinas de Santo Tomé, en un kiosco. “Me dijo que lo vio comprando y cuando se dio vuelta la saludó porque se conocen y a ella le asombró que no estuviera en el auto y que se fue caminando”. En la zona hay cámaras de seguridad que pertenecen a la Municipalidad de Santo Tomé “eso es lo que estamos reclamando, porque las pidió la fiscalía pero no sé por qué se demoran tanto en entregarlas”, dijo la mujer.

“Necesitamos las cámaras para confirmar primero que está vivo y después para saber si se subió a algún auto, moto o colectivo, si estaba solo o con alguien, eso nos daría la tranquilidad de saber que es una decisión de él la de irse”, explicaron los entrevistados.

Contacto SMS

En cuanto a las actuaciones, la fiscal Parodi pidió el sumario y diligenció medidas para obtener las cámaras y las sábanas de llamadas y contactos telefónicos de Oitana, pero “no había llegado nada hasta el martes”, dijeron.

La otra señal de vida se produjo cuando una de las empleadas del depósito comenzó a recibir mensajes que decían: “No soy Ariel, este chip lo encontré tirado en la costa del río frente al aeropuerto. Vos ¿quién sos?”, y mensajes similares casi sin sentido. También una de las hermanas recibió un mensaje en el que le preguntaba “¿vos quién sos?”.

“Hubo varios contactos hasta el 5 de enero y a partir de ahí no se supo más nada. Lo que llama la atención es que él tenía muchos errores para escribir y los mensajes eran perfectos, y segundo que él era más bien parco para escribir y estos mensajes eran más expresivos. Eso llama la atención”, completó Taverna.