De la Redacción de El Litoral
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Hace sólo seis meses llegó a Colón, sin embargo, y aunque no haya tenido demasiados minutos en cancha, David Ramírez “se metió” en el corazón de la gente justo cuando el hincha rojinegro más lo necesitaba, cuando el temple, la experiencia; pero sobre todo la capacidad y el talento, eran los fundamentos que debían salir a la palestra, en un momento cúlmine, en el cual el triunfo le daba a Colón el regreso a la Primera División.
Boca Unidos de Corrientes fue la víctima del “Mago”, quien frotó la lámpara e hizo que el “Genio” aparezca dos veces, una con la zurda y la otra con la derecha, para asegurar la victoria que la había iniciado Lucas Alario mediante un penal. No obstante, el futbolista que llegó de Millonarios de Colombia no tuvo muchas oportunidades en el sabalero, justamente porque retornó del fútbol colombiano luego de romperse los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda, y el hecho de no haber podido cumplir con una buena pretemporada, hizo que se retrase su mejor forma física.
A eso hay que agregarle decisiones tácticas y estratégicas de parte de Diego Osella, que eligió un sistema de juego en el que Ramírez no “encajaba”, y en menor medida siguió sufriéndolo con Reynaldo Merlo, si bien con alguna justificación, en primer lugar porque “Mostaza” llegó a Santa Fe sin demasiados conocimientos de la actualidad del plantel colonista; y porque la situación que vivía el club, a cuatro partidos del cielo o del infierno, no era la más conveniente como para realizar muchos cambios.
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