Un rufián en silla de ruedas

Danilo Chiapello
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En la madrugada del sábado agentes de la sección Homicidios “desembarcaron” con todo en barrio Santa Rosa de Lima. Su misión era encontrar y detener al tal “Pablito”, un tenebroso sujeto a quien se lo acusa de dar muerte a Juan Carlos Correa (49).

Correa o “Culeco”, como lo llamaban sus íntimos, dejó de existir la tarde del lunes 23 cuando al estar parado frente a su casa, en Estrada al 2800, una bala le atravesó su cabeza.

Como autor del disparo se sindica al mencionado “Pablito”, un joven que pese a ser menor de edad (tiene 17 años) ganó notoriedad en la barriada a fuerza de sus tropelías. Justamente en una de sus aventuras delictivas el imputado resultó herido con un balazo en su columna vertebral, hecho que le significó a partir de entonces movilizarse con ayuda de una silla de ruedas.

Sin embargo dicho padecimiento no fue obstáculo para que “Pablito” siguiera en busca de emociones fuertes.

El crimen

Según los ocasionales testigos, aquella tarde Correa se encontraba en la vereda de su casa junto a su hijo Gabriel (18) cuando dos sujetos que se conducían en moto pasaron por el lugar y los insultaron. Nadie supo explicar el motivo de esos improperios.

Lo cierto es que un rato después aparecieron en la esquina de Estrada e Hipólito Irigoyen varios muchachos que guiaban a un jovencito que estaba en una silla de ruedas. Este último portaba en sus manos una carabina.

Sin ningún tipo de resquemor el paralítico comenzó a disparar en dirección a donde estaba Juan Carlos. El agresor hizo no menos de 10 ejecuciones. Uno de los disparos impactó de lleno en la cabeza de “Culeco”, que cayó al suelo ya herido de muerte.

Al ver lo sucedido, su hijo Gabriel fue quien comenzó a pedir auxilio de manera desesperada, aunque no tuvo mayor suerte.

En ese instante pasó por el lugar un remís cuyo conductor detuvo la marcha. Con premura Gabriel y el remisero cargaron el cuerpo en el automóvil y salieron raudos en dirección al hospital Iturraspe. Poco después Juan Carlos fue derivado al hospital Cullen donde finalmente se produjo su fallecimiento.

La captura

A partir de entonces los pesquisas de Homicidios movieron rápido sus fichas para tratar de establecer el lugar donde buscaría refugio el sospechoso.

Los trabajos realizados en ese sentido no fueron más allá de la jurisdicción de Santa Rosa de Lima, donde se sabía que el agresor contaba con algunos “aguantaderos”.

Y fue en la madrugada del sábado cuando los investigadores decidieron cerrar el caso.

En busca del implicado un primer allanamiento dio resultado negativo. Sin embargo, minutos después los agentes irrumpieron en una finca de Pje. Mitre al 2700. En dicho inmueble los uniformados dieron con “Pablito”, quien se encontraba junto a unos familiares.

Sin ofrecer resistencia el imputado se entregó a los actuantes, quienes lo trasladaron hasta la jefatura para proceder a su identificación.

Luego quedó a disposición de la jueza de Menores, doctora Ana María Elvira, quien deberá resolver sobre este delicado asunto.