El Litoral
Luego de un fin de semana de descanso, el plantel sabalero retornará mañana a los entrenamientos. Teniendo en cuenta todo lo que se viene diciendo respecto de la preparación física del plantel y lo mal que se jugó en Avellaneda, a muchos pudo sorprender la decisión tomada por Javier López. No obstante, el técnico prefirió que el plantel descanse adecuadamente luego de haber jugado tres partidos en once días (Banfield y Racing de visitante, Boca de local).
Por otro lado, el esfuerzo físico que se hizo en el partido ante Boca, fundamentalmente se sintió a la hora de enfrentar a los suplentes de Racing, que marcaron clarísimas diferencias en lo físico y en lo futbolístico.
Javier López prefirió también darle continuidad a un mismo equipo. Por eso, los cambios que se hicieron fueron obligados. Cuevas volvió a la titularidad ante Boca por la lesión de Clemente Rodríguez en el partido ante Banfield, sustituido en aquella ocasión por Garnier al término del primer tiempo. Y para este encuentro con Racing del viernes anterior, Becerra fue el encargado de suplantar a Alario —que todavía tiene para dos o tres semanas más de inactividad— y a último momento apareció Ferracutti como titular en lugar de Bíttolo, quien había viajado a Buenos Aires pero una dolencia muscular muy cerca de una de sus rodillas le impidió jugar.
Para jugar ante Tigre y buscar una recuperación en todos los aspectos, el técnico seguramente contaría con el regreso de Bíttolo al equipo, en la medida en que siga evolucionando favorablemente de la lesión.
De todos modos, no se descarta que intente algunas modificaciones con el objetivo de cambiar una cara muy negativa, como la del viernes en el cilindro de Avellaneda.
Ledesma, Eguren y David Ramírez no han mostrado progresos en lo físico. Todo lo contrario, en el partido del viernes se notó que no están —sobre todo los últimos dos— en condiciones de soportar 90 minutos, ni siquiera a un ritmo más lento que el resto. No es cuestión tampoco pensar que alguna vez estarán equiparados con jugadores de mayor dinámica y menor edad, pero se espera que cuánto antes puedan estar a la altura de las circunstancias e impedir, como ocurrió el viernes, que un jugador apto técnicamente como David Ramírez no pueda dominar una pelota porque enseguida es anticipado, o que Eguren sea desbordado con tanta facilidad por los volantes rivales, como ocurrió cada vez que el paraguayo Romero, por ejemplo, se animaba a encararlo.
“Hay que trabajar mucho y pensar en ser más inteligentes para equilibrar la preparación física con la del resto de los equipos”, dijeron los jugadores, palabras más, palabras menos, después del partido del viernes.
Esto tiene una fuerte significación futbolística. ¿Cómo se puede equiparar?, teniendo más la pelota para que suceda lo que Javier López se encargó de decir por cuánto micrófono le pusieron desde el momento que asumió: “en el fútbol, la que más debe correr es la pelota”. Pero está claro que este Colón —al menos el que se vio el viernes—, es un equipo que no tiene demasiadas virtudes para manejarla si es que David Ramírez y Ledesma se estancan en este nivel, si Villarruel y Poblete no frenan un poco las revoluciones y si no empiezan a aparecer variantes ofensivas que le permitan llegar al gol, algo que ha sido un claro déficit del equipo en los últimos tiempos.
Javier López aseguró que habrá algún día de doble turno en el trabajo de la semana. Este es otro tema también para tomarlo con sumo cuidado, porque uno de los componentes del entrenamiento es el descanso, precisamente, y no es cuestión que los jugadores lleguen cansados el día del partido.
Es posible que en el análisis del técnico haya pasado la idea de que se podría haber puesto algún jugador con más aire, sobre todo en el mediocampo, para equipar dinámica con el rival. Pero también es verdad que se venía de lograr un empate con Boca y que Javier había estacionado su toma de decisiones en mantener el equipo, dándole continuidad a los jugadores elegidos.
Por allí, ahora lo piensa diferente y esta derrota que lastima y preocupa hace que el entrenador rojinegro evalúe otras alternativas —llámese cambios— para recibir a un complicadísimo rival. Porque cualquier equipo de Alfaro supone una exigencia de riesgo para el que está enfrente.