Agencia Reconquista
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Al cumplirse 17 años del hecho criminal más aberrante en la historia de Villa Ocampo, el asesinato y descuartizamiento de la joven Carmen Mabel Encina, causa prescripta por la Justicia provincial el pasado 10 de junio de 2014, la comunidad ocampense recordó el hecho con una misa, y luego, en la plaza del barrio Juan Perón, frente al domicilio donde vivía la víctima, se descubrió una placa en su memoria.
La misa fue celebrada por el presbítero Pbro. Dante Braida, sacerdote que acompañó a los familiares y a quienes pedían justicia aquellos primeros años.
Durante la celebración realizada en la capilla San Ramón, el padre Dante (actual párroco de Reconquista), recordó “la muerte de Carmen con mucho dolor por su trágica partida, por todo lo que fue el final de su vida, el desenlace, y también con dolor porque la causa se ha cerrado de esta manera”, y a la vez sostuvo que “estamos reunidos con esperanza, porque si hoy estamos tantos aquí es porque esta causa sigue abierta en nuestros corazones y sigue abierta en la comunidad”. Y si sigue abierta en “nuestros corazones y en la comunidad, hay esperanza de que podamos construir una sociedad mejor donde estos acontecimientos no vuelvan a suceder”, expresó.
Rememoró que en su momento hacer algo por esta situación fue “vencer al no te metás”, el pensar que si le pasó al otro, que el otro se arregle, o el “sálvese quien pueda” que a veces tiende a cerrarnos a nosotros mismos. “Esa indiferencia de la cual habla el Papa Francisco en estos tiempos, una indiferencia globalizada que hace que los problemas perduren o se agranden” porque justamente no hay un compromiso solidario de unos para con otros, enfatizó Braida.
Dijo asimismo que también fue para “darle rienda suelta a ese deseo profundo que hay en nosotros de comprometernos y de ser solidarios, porque cuando se deja que lo profundo salga del corazón y se manifieste, las cosas pueden cambiar; y de hecho, ha ido avanzando mucho en este caso concreto”.
Insistió en poner de relieve “este dolor porque la causa judicialmente se haya cerrado, pero a la vez también tenemos que reconocer que muchas cosas se han hecho y mucho hemos aprendido; personalmente, cuando pasó todo esto tenía un año y medio como sacerdote, y no tengo dudas de que esto me marcó en mi vida y en mi ministerio”.
“Representa a miles”
María Pilón, una de las integrantes del grupo de mujeres que siempre luchó por el esclarecimiento del caso, sucedió al sacerdote en la palabra: “Pudiera seguir con los bolsillos cargados de sueños, proyectos, con los ojos bien abiertos mirando el cielo, el amanecer, sintiendo en la piel el calor y el frío, pudiera seguir rezando una plegaria cada noche y elegir un vestido para la fiesta; ¡ay! tantas cosas podría hacer si tuviera la vida. Pero no, estamos aquí por alguien a quien se le ha quitado ese derecho, el derecho a vivir, a caminar por el mundo, a luchar por sus sueños; ese alguien que representa a miles”.
Seguidamente, expresó que “como a tantas otras, a Carmen le arrebataron todo eso que traía en sus bolsillos, en sus ojos, en su alma; con tan sólo 19 años, sufrió la fuerza de la muerte tan sanguinariamente, sin tregua, sin opción, sin imaginarlo”. Hoy, a 17 años de su asesinato y descuartizamiento, “su sangre sigue clamando por justicia” y nosotros, como comunidad, tenemos “el deber y la responsabilidad de hacer que semejante hecho permanezca en la memoria no sólo de Villa Ocampo, sino también de todos aquellos lugares que son conmovidos diariamente por la violencia constante hacia mujeres, niños, homosexuales u otros grupos minoritarios y menos favorecidos socialmente”.
“Emblemático”
Por último, María Pilón indicó que “el caso de Carmen es emblemático para asumir la lucha contra la violencia, la impunidad y el encubrimiento de crímenes por arreglos, de índole política o económica, representa la voz de todo un pueblo que no acepta ser silenciado a pesar de los años, que sigue exigiendo justicia a las autoridades; mataron ferozmente a uno de nosotros, porque Carmen pudo ser (y fue) una hermana, novia, hija de alguno de nosotros y ni siquiera fuimos capaces de brindarle justicia, ya que no pudimos evitar su muerte”.
Seguidamente, y en el marco de la campaña de concientización “En Villa Ocampo: derechos humanos todos los días del año”, la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de Villa Ocampo se sumó al acto en memoria de Carmen Mabel Encina, con la plantación de un árbol y un mensaje alusivo al artículo 3º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
Impune
Terminada la misa, todos los presentes se trasladaron en silencio, rememorando las marchas que se hicieron en su oportunidad bajo el eslogan “Justicia por Carmen”, al otro extremo de la plaza que se encuentra frente a la capilla para participar del acto de descubrimiento de la placa en memoria en Carmen Mabel Encina, cuya inscripción reza: “Asesinada y descuartizada el 7 de marzo de 1998. El caso criminal más aberrante de la historia de Villa Ocampo. Impune por la Justicia santafesina el 10 de junio de 2014”.
Causa trashumante
En la causa “Cabrera y otros s/Homicidio Calificado” (crimen de Carmen Mabel Encina), en fecha 10-06-14, la Cámara de Apelaciones Civil, Comercial y Laboral del Distrito 4 - Reconquista, integrada por los doctores Dalla Fontana, Chapero y Casella, dictó sentencia en el crimen de Carmen Encina, resolviendo declarar la prescripción de la acción penal y, en consecuencia, sobreseer a Ramón Andrés López, Héctor Alcides Espíndola, Daniel Alberto Espíndola y Ángel Armando Cabrera.
Se cerró así sin culpables la causa que transitó por varios juzgados e instancias, con condenas a los cuatro acusados pero con igual número de absoluciones, al punto que la tercera sentencia condenatoria dictada en apelación por la Cámara de Apelación Penal de Vera fue anulada por la Suprema Corte de la Nación, dado el carácter “inconstitucional del sistema procesal penal de Santa Fe”.