Enrique Cruz (h)
Parece que si hay un tema recurrente en estos últimos tiempos en Colón, es el de la era Merlo y la preparación física. Los jugadores fueron los principales responsables de que esto ocurra, cuando llegó el momento de declarar. Todavía resuenan aquellas frases de David Ramírez o de Mariano Bíttolo, por ejemplo, después del partido con Banfield. Ramírez dijo que “volví a Santa Fe de las vacaciones pensando que esta podía ser mi última pretemporada y ni siquiera me dolieron las piernas”, entre otras cosas. Y Bíttolo dijo que “la pretemporada nos está pasando factura”. Esto, en el marco de un partido en el que Colón empató, pero el equipo tuvo una actuación más que convincente en el primer tiempo, quedándose notoriamente en el segundo. Por eso, la palabra del profesor Pablo Mansilla, el preparador físico que acompañó a Mostaza Merlo, es una de las que se hacía esperar. Y lo hizo en un mano a mano en La Primera de Sol 91.5.
—¿Lo sorprende que se hable de la preparación física del plantel de Colón?
—Es raro, porque ya pasaron cinco semanas. A mí me sorprende que todavía me sigan hablando ustedes, los periodistas. Entiendo que es un tema del que ya, a esta altura, no se debería hablar más.
—Hagamos una cronología de los hechos. Ustedes se fueron luego del primer partido y los jugadores hablaron a partir del segundo partido sobre el aspecto físico. ¿Le llamó la atención?
—La verdad que sí, sobre todo lo que escuché luego del partido con Banfield, que creo que fue el tercero. En la pretemporada se corrió mucho y fuerte. Fue muy buena. En el diario El Litoral se publicaron declaraciones de Poblete, creo que el 21 o 22 de enero, en las que dijo que se había trabajado muy duro, que había que bajar un poco las cargas. Y resulta que después se sale a hablar de la parte física.
—Esto contrasta, por ejemplo, con lo que dijo David Ramírez. El señaló que “ni siquiera me dolieron las piernas”. ¿Cómo se entiende?
—Ese punto no lo entendí, porque Ramírez tuvo que dejar de trabajar cuatro días de la pretemporada, porque se le cargaron los músculos. Y tampoco entendí que salieran a hablar luego del partido con Banfield, porque para mí lo jugaron de igual a igual.
—Que los jugadores digan que el rendimiento es una consecuencia de una pretemporada mal hecha, ¿es mentira o excusa?
—Repito que la pretemporada fue buena, trabajamos muy fuerte. En el partido con Argentinos, se vio a un Colón que fue a buscarlo, después se metieron atrás y le empataron. Digo esto porque fue el segundo partido, el primero que nosotros no dirigimos. No quiero entrar en polémicas con los jugadores. Creo en este grupo, porque lo ví entrenarse bien.
—Otra de las cosas que se dijeron es que usted les dijo a los jugadores que trabajaba en lo físico lo que Mostaza le permitía y que no podía hacer más que eso. ¿Es verdad?
—Olvídense... Si les dije eso habrá sido en otro momento y no cuando se dio la parte más dura de mi trabajo, en las primeras dos o tres semanas. Quizás ellos querían hacer más reducido o algo por el estilo, pero a las cargas físicas lo manejé yo. Agarren las dos primeras semanas y pregunten si se corrió o no se corrió. Trabajamos muy bien esas dos semanas en lo físico. Y para mí era el tiempo suficiente. Hacíamos doble turno y le metíamos muy duro... Poblete lo dijo en esa nota que se publicó en El Litoral. Yo no sé a qué se refieren los jugadores, pero les puedo asegurar que no tengo quejas ni reproches a la forma de trabajo de Mostaza.
—¿Es cierto que 48 horas antes de los amistosos ya no se trabajaba en lo físico?
—Hubo cuatro amistosos en dos semanas. Lo que yo digo es que en las dos primeras semanas se corrió y mucho. El trabajo de base se hizo bien. Jamás pensé que se estaba trabajando poco. Podemos discutir si bajamos mucho o poco las cargas antes de los amistosos...
—Hubo un partido, con Atlético Paraná, en el que el equipo se pinchó en el segundo tiempo y ese fue un llamado de atención a lo que después sucedió...
—Esa semana llovió, se corrió sobre el barro, se hizo un intermitente fuerte, se hizo fútbol en el barro y yo sabía que en ese partido podíamos tener problemas. En ese trabajo en el barro se cargó el Mago, por ejemplo. Yo no lo tomé como objetivo a ese partido, sino lo que venía. Y te repito, al equipo lo ví correr bien ante Argentino, Banfield y ante Boca también.
—La sensación que se tiene es que Ledesma, Eguren y Ramírez no están con el ritmo competitivo adecuado...
—Eguren llegó dos días antes del partido con San Lorenzo y prácticamente no pudimos entrenarlo, Ledesma lo hizo dos semanas antes y en el caso del Mago Ramírez, junto a Ledesma, son los jugadores que se pueden hacer cargo de la situación adentro de la cancha porque son los futbolistas diferentes que tiene el equipo. ¿Estamos de acuerdo?
—Sí...
—Yo pregunto: ¿cuánto hace que Ledesma y Ramírez no jugaban 90 minutos?, Ledesma estaba marginado en Boca el año pasado y Ramírez llegó con una lesión hace más de medio año a Colón. A Ramírez y a Ledesma les va a llevar unos partidos hasta encontrar el ritmo de competencia. Yo lo veo así.
—Y del alejamiento intempestivo apenas jugado un partido del torneo, ¿qué opina?
—Con los dirigentes nos llevamos bien, cumplieron un montón de cosas pero las diferencias fueron porque los refuerzos no llegaban. Se perdió en la primera fecha, se llegó a un acuerdo y listo. Yo no me quedo con ese partido, me quedo con las cuatro finales que jugamos el año pasado. Si hicimos tan mal las cosas, Colón no estaría en Primera. Las diferencias que se dieron fueron por los refuerzos.
—De los jugadores que llegaron, ¿cuáles son los que realmente pidieron?
—No corresponde a mí que lo diga, le corresponde a Mostaza. Yo estaba para entrenarlos y nada más.
—Pero Mostaza no fue claro. Primero dijo que los refuerzos no venían, que llegaban jugadores que él no había pedido y después, tres días antes de visitar a San Lorenzo, dijo que estaba de acuerdo con los refuerzos. Se fue y señaló que lo hizo por diferencias con los dirigentes por los refuerzos. No se entiende...
—Ustedes saben cómo está Colón, le cuesta económicamente al club, no es fácil. A todos los clubes les cuesta traer jugadores, de hecho que no pudo arreglar con Burruchaga cuando salió al mercado a buscar un entrenador y por eso se quedaron con Javier López.
—¿Se le ocurrió llamar por teléfono a algún jugador para preguntarle por qué estaban diciendo todo eso?
—No. Yo estoy tranquilo con mi trabajo. No sé por qué dicen lo que dicen. Arrancaron diciendo que el profe trabaja bien, pero no lo dejan trabajar. Y yo les digo, a ellos, a ustedes y a todos, que trabajé bien.
—Entonces, es una excusa de los jugadores...
—No quiero polemizar con los jugadores porque es lo más importante que tiene el fútbol. Si Colón gana, se olvidan de Merlo, de Osella, de Mansilla, de todos. Hace cinco semanas que nos fuimos, ya las cosas tendrían que haber cambiado. Cuando nosotros llegamos, no hablamos de Osella. Laburamos, pusimos nuestra impronta, y ahora estamos en Primera. Si nos poníamos a hablar de los de anteriores, nos quedábamos en la B. Cuando Mostaza me llevó a Racing, el equipo tenía 2 puntos y se iba a la B. A Zubeldía no se le habían dado los resultados, había cosechado sólo dos empates e Ischia perdió los cinco partidos que dirigió y se fue. Nosotros no dijimos ni “a” de ellos, nos pusimos a laburar y sacamos el equipo adelante. Perdimos el primer partido y después arrancamos. Contra Boca se corrió a pesar de la pretemporada. Si pudieron correr contra Boca, es porque pueden correr. Si no hicieron nada, pueden ganar uno o dos partidos, pero después perderán todos. Nosotros nos fuimos y sacaron tres empates seguidos. Yo laburé bien.
—¿Vio los cuatro partidos?
—Ví los cuatro partidos y de la parte física puedo decir que los ví bien con Argentinos porque en su cancha sacan un plus. Con Mostaza, de hecho, ganamos los dos que jugamos en nuestra cancha, con Ferro y Boca Unidos. Después, con Banfield también lo ví bien y eso que Banfield, junto con Lanús, es un equipo dinámico, agresivo, veloz. Con Racing no lo ví bien, daba la impresión de que le costaba arrancar.
—Y del actual cuerpo técnico, ¿recibió una llamada?
—No fue necesario. Fernando Kahlow vio el trabajo que hice, Javier también. No necesitaban hablar conmigo, porque Fernando estuvo trabajando a la par mía, es más, me ayudaba en los trabajos. El sabe muy bien lo que hemos hecho.