Se caen los cielorrasos y hay heces de ratas en una escuela del norte

Luciano Andreychuk
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Partes de los cielorrasos de dos aulas -ahora clausuradas- cedieron y se abrieron boquetes. Los alumnos tuvieron clases hoy, apretados y sin ventiladores, en la sala de maestros y en un sector de la biblioteca. Los baños, en malas condiciones edilicias. Una boca de cloaca se desbordó y ahora está tapada con maderas. Encontraron heces de ratas y un alacrán. Ésa era la situación hoy de la Escuela Nº 1341 Esperanza Solidaria, en Gorriti 3980, que estuvo anegada durante la inundación de hace unas semanas.

El estado de la institución educativa -que es pública y tiene los niveles Inicial, Primario y Secundario- motivó a que un grupo de madres de alumnos cortara una calzada de la avenida. Reclamaban soluciones urgentes al Ministerio de Educación, preocupadas por la seguridad de sus hijos: temen por picaduras de alimañas, eventuales infecciones y nuevos desprendimientos de cielorrasos.

El Litoral recorrió las instalaciones. Dos de las aulas están clausuradas porque el agua del último temporal se filtró sin freno por las cubiertas e hizo ceder parte de los cielorrasos. Se ven los pedazos de yeso desperdigados por el piso, y el olor a humedad hace retroceder.

Los baños están habilitados, pero se encuentran en malas condiciones edilicias: las mochilas de agua de los inodoros están rotas, y se ven aberturas en los cielorrasos. Afuera, en el patio hay seis baños químicos.

Otro problema que trajo el temporal fue la aparición de alimañas. En esta escuelas (donde funciona un comedor) se encontraron heces de ratas (por tanto, hay ratas) y un alacrán. “Mañana no va a haber actividades, porque desde el municipio nos informaron que realizarán una desratización y desinsectación. Estamos haciendo todo lo que podemos y tomando todos los recaudos para que los chicos tengan clases en condiciones aptas y sin riesgos”, dijo a este medio la directora, Claudia Aquino.

Los chicos hoy sí asistieron. Con dos aulas menos, fueron ubicados en la sala de maestros y en parte de la biblioteca, sectores acondicionados por los propios docentes. Estaban apretados, pero tenían clases. Tres niñas jugaban en el patio a la soga, como si estuvieran en un universo paralelo: para ellas, era un día normal en la escuela.

Obras

“Nos dijeron desde el ministerio que está presupuestada y aprobada la obra del cambio del techo. Ocurre que éste tiene una pendiente invertida, lo cual hace que el agua de las lluvias se almacene, y termina filtrándose. Hay una conversa que no da a basto. Tenemos entendido que habrá que cambiar el sentido del techo para que esto no pase más. La mejora de baños está gestionada. Pero lo primero es la obra del techo”.

Consultada sobre la aparición de las alimañas, Aquino confirmó que aparecieron heces de ratas y se mató un alacrán. “Nos reunimos con los papás de los alumnos, se les comentó toda la situación. La obra del techo llevará su tiempo. Mañana no habrá clases porque se hará una desratización y desinsectación de todo el establecimiento. De momento tenemos que atender la emergencia. Se están lavando los pisos con Sectisol y se taparon las rejillas, para asegurar a los chicos y los docentes”, dijo la directora.

Madres enojadas

“¡En esta escuela, nuestros hijos corren peligro!; ¡basta de baños químicos!”, decían los carteles de la madres de alumnos del Primario que cortaban una de las calzadas de Gorriti. Estaban enojadas y preocupadas: “Estos problemas edilicios y otros, como el de las instalaciones eléctricas, ya vienen del año pasado. Hacemos este corte porque tememos por la salud de nuestros hijos”, coincidieron Silvia Hernández, Claudia Galván y Lía Ayala, algunas de las madres movilizadas.

La escuela tiene comedor, pero dentro de la institución “hay ratas, cucarachas, alacranes. No nos oponemos a que se deje de dictar clases. Los chicos están apretados, ni tienen ventilador. En estas condiciones es imposible. Seguiremos con el corte hasta que nos den una solución”, aseguraron.

Infección urinaria

Fernanda Torres, mamá de un alumno de nivel Inicial, contó a El Litoral que su niño de cuatro años, desde el día que usó el baño químico de la escuela, empezó con problemas urinarios y tiene una secreción en su zona genital. “Mi hijo está siendo tratado médicamente. Aún están buscando la causa del problema, pero la sospecha es que todo se originó en alguno de los baños químicos, porque no tienen limpieza. Estamos muy preocupadas y necesitamos soluciones”, exigió.