Enrique Cruz (h)
No es común que un equipo esté 16 partidos sin perder en este fútbol tan competitivo. Por más que buena parte de esos encuentros (11) se hayan acumulado sin derrotas en el torneo de ascenso, basta con echar un vistazo atrás y entender que ni siquiera a River y a Independiente —que transitaron históricamente por el certamen de la B Nacional— le resultó sencillo. Es un mérito que no se puede dejar pasar por alto y que coloca, a este equipo de Madelón, a la altura de varios que también hicieron historia, en otros tiempos también.
Aquél equipo de 1949 fue muy especial para Unión. El torneo, en realidad, se recuerda como uno de los más importantes. El equipo peleó el ascenso, hizo una excelente campaña y se quedó afuera en un partido plagado de sospechas ante Quilmes, que terminó con un 3 a 2 a favor de la visita que desembocó en serios incidentes (hubo disparos de armas de fuego en el 15 de Abril) y jugadores que recibieron sanciones muy duras, de varios años, que los obligó a emigrar al fútbol colombiano.
El de 1978 es el del record. Unión tuvo un gran año aquella vez, con un equipo reducido en cantidad de jugadores, pero que encontró un funcionamiento estupendo de la mano de Reynaldo Volken, luego de un 1977 muy difícil para el club, que inclusive llevó a que la institución quedara en manos del siempre bien recordado escribano Rubén Neme. Fue tan grande el envión de ese equipo, que terminó tercero en el Metropolitano y luego hizo una buena campaña en el Nacional, llegando a jugar la semifinal ante River, con derrota en Santa Fe (gol de Luque) y empate en el Monumental. Ese mismo equipo fue la base del que al año siguiente alcanzó el puesto más alto en la historia del club: subcampeón del Nacional de 1979, en una final con River que tuvo dos empates y el título para los millonarios porque el reglamento le otorgaba doble valor al gol de visitante (fue 1-1 en el 15 de Abril y 0-0 en el Monumental). Biasutto, Pumpido, Hugo López, Alberto, Mazzoni, Merlo, Regenhardt, Telch, Pitarch, Ribeca, Arroyo, Alí, Giachello, entre otros, integraron ese equipo tatengue.
En 1989, Unión empezó a transitar el camino del ascenso a partir de una derrota ante Atlético Tucumán, en una calurosa noche de viernes como visitante. Desde allí, el equipo enhebró una serie de 22 partidos sin perder, que muy cerca estuvo de batir la marca histórica. Fueron 16 encuentros durante la fase regular —Unión terminó tercero detrás de Chaco For Ever y Lanús— y seis partidos más en el Dodecagonal que la gente recuerda por lo que fueron las dos finales históricas ante Colón. Ese equipo, conducido por el Flaco Zuccarelli, tuvo precisamente a Leonardo Madelón como integrante a partir de la segunda rueda. Unión apenas cayó vencido una sola vez, en ese partido ante los tucumanos en el Jardín de la República.
No es común que un equipo permanezca tanto tiempo sin perder en este fútbol de hoy en día. Son 16 fechas las que acumula Unión, todavía lejos de las 24 de 1978, también de las 22 del 89, pero igualando las 16 de 1949 y esto es lo que se quiere reflejar. Debieron pasar décadas para que se “emparde” aquella muy buena e histórica campaña. No es poco.