Enrique Cruz (h)
Aprendió a caminar en Unión, pero tuvo que irse un año a Deportivo Merlo para tomar impulso y volver con todo. De a poco, Sebastián Caballero se fue ganando un lugar. Y ahora trata de aprovechar cada oportunidad que se le presenta para dejar todo en la cancha. Madelón lo tiene en cuenta porque lo lleva siempre al banco. Y si necesita un “motorcito”, ahí está Caballero para darle fuerza al equipo.
—¿Cuál es el secreto de los 16 partidos sin perder?
—Primero, el grupo que se armó; y después, una idea de juego que Leo ideó muy bien y a la que el equipo se supo adaptar. Recuerdo que a partir del encuentro con Atlético, en Tucumán, que ganamos, encontramos la seguridad necesaria.
—¿Era un peso ascender?
—Era una presión porque todos nos daban por ascendidos, tanto a nosotros, a Argentinos, a Huracán y a Colón. Fijáte que a éstos últimos dos equipos les costó un poco. Y a nosotros al principio, cuando no llegaban los resultados esperados.
—¿Te imaginabas un 2015 siguiendo en Unión o en otro lado?
—En Unión estoy desde los 4 años, desde la escuelita. Unión es mi segunda casa... O mejor dicho, es mi primera, porque estoy más tiempo en el club que en mi casa. Fui a Merlo en su momento a buscar minutos de fútbol, y cuando volví, me aferré a la ilusión de jugar en Primera con Unión.
—¿Qué cambió en Primera?
—Son otros jugadores, otra categoría, otro ritmo de juego. Hay que afianzar detalles en esa mayor rapidez de juego. A medida que pasen los partidos vamos a sentirnos más cómodos.
—Jugaste en posiciones distintas, a veces de doble cinco, varias veces de “8”. ¿Te sentís cómodo con lo que Madelón te pide?
—En el medio me siento cómodo en cualquier puesto. Con Leo también jugué de marcador de punta derecha. Mi puesto es el de volante por derecha, porque desde chico jugué allí. Creo que ahí puedo rendir un poco más, pero no tengo problemas en jugar en otro lado.
—¿Es el puesto más exigente en este esquema de Madelón?
—Los volantes laterales somos los que más corremos, nos pide que lleguemos al área rival y que metamos goles. Unión es un equipo que presiona mucho y eso lo torna exigente.
—En lo táctico, más allá de algunas variantes, la idea es la misma. ¿Cambia en lo estratégico teniendo en cuenta que con Chicago salieron a esperar y con Independiente a presionar?
—A veces dependemos un poco del rival para leer el partido. Independiente, teniendo en cuenta que sale jugando desde atrás con el arquero tocando para los defensores, es un equipo ideal para apretarlo.
—¿Qué pasó en el segundo tiempo?
—En el primer tiempo se hizo un desgaste impresionante. En el segundo tiempo se notó ese cansancio, Independiente juega muy bien y nos superó. En lo personal, me costó un poquito, no tuve ni siquiera la posibilidad de cambiar el aire, hubo que correr mucho para equiparar.
—Después del primer tiempo, con Huracán, Leo dijo que el objetivo era ser el mejor de los diez que ascendieron. ¿Cambiaron los objetivos, los reconsideraron con este buen arranque?
—Los partidos con Lanús, River e Independiente nos dieron confianza y sentimos que podemos competir y pelear de igual a igual con todos.
—¿Qué pasó en River, a tu entender?
—Me parece que entramos a ver qué pasaba, a dejarlo hacer a River, hubo muchos chicos que pisábamos por primera vez el Monumental pero en el segundo tiempo se vio el Unión de todo este tiempo.
—¿Qué jugador te ha impactado de tus compañeros?
—Por lo que comparto en el día a día no me sorprenden, pero Lucas Gamba y Quique Triverio están jugando muy bien. A Mauricio Martínez lo conozco de inferiores y sabía que podía dar lo que está dando.
—¿Y tu objetivo...? Imagino que, por lo pronto, ganarte la titularidad...
—Ese es el objetivo a corto plazo y para eso entreno todos los días. Me gustaría mucho participar en un proceso futbolístico a mediano plazo, soy hincha de toda la vida, más de la mitad de los jugadores del plantel surgimos en el club y ojalá podamos pelear para entrar en una copa. El sentido de pertenencia fue una clave para el éxito del año pasado. Ponerse la camiseta de Unión, para nosotros, es un plus porque la sentimos.
—¿Te cuesta separar el hincha del jugador?
—La adrenalina que se te sube por el aliento de la gente, no se puede controlar. Al ser hincha, vivo cada partido de una manera especial. Trato de dejarlo de lado en el momento de entrar a la cancha para no confundirme. Pero cuesta, porque soy hincha de Unión y amo a este club.
—¿Tu relación con los dirigentes?
—Es muy buena, tenemos un contacto fluido y en mi caso, el contrato vence en junio pero ya tuve algunas conversaciones. Mi objetivo, claramente, es seguir en el club porque, como te decía, soy hincha de Unión y me gustaría entrar en la historia, por ejemplo clasificando para una copa internacional.