De la Redacción de El Litoral
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Está claro que, después del regalo en Mar del Plata —iba ganando 2 a 0 frente a Aldosivi, se lo dieron vuelta y lo terminó empatando 3-3 cerca del final—, Unión necesita ganar ante su gente. Porque a todos (jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y la gente) les encanta ver el almanaque para calcular el tiempo que Unión no conoce la derrota, pero el mismo entrenador y los jugadores reconocieron que “están cansados de empatar”.
Más allá de los rendimientos individuales y la táctica, si algo le faltó al equipo de Madelón en Mar del Plata fue decisión. Porque estando 2-0 arriba, lo debió ir a buscar para liquidarlo y no quedarse viendo qué pasaba. Ese fue, al lado del mar, su mayor pecado y casi lo paga carísimo, de no ser por el tiro libre magistral de “Nacho” Malcorra que selló el 3-3.
De cara a un Vélez irregular y golpeado (viene de perder como local frente a Belgrano de Córdoba), el entrenador finalmente resolvió dos modificaciones. Por un lado, la vuelta de Nereo Fernández como titular en reemplazo del golero uruguayo Matías Castro; por el otro, la inserción del pibito Caballero ante un híbrido Fausto Montero al que se le dieron varias oportunidades y no terminó de aprovechar ninguna adentro de los once titulares.
La mejor bandera que hizo flamear el invento 2015 de Madelón es la indiscutida capacidad para llegar al gol: tiene 10 gritos en seis fechas. En cuanto a los puntas, el equipo tiene a Triverio con 4 gritos y a Gamba con 2 tantos, al mismo tiempo que “descubrió” a Malcorra que llegó también a 4 festejos, con tres goles en los últimos dos partidos. Es decir, como sea, a este equipo siempre le sale el gol.
Lo que deberá modificar, de mitad para atrás, es esa sensación que lo golpean tan fácil en el área propia. Como está armado este equipo, uno tiene la impresión que la mejor forma para defenderse es teniendo la pelota y acaso así se explica el ingreso del chico Caballero por Montero (todavía sigue Rivas lesionado, un jugador importante en las primeras fechas y cuya ausencia se siente).
No sólo por la gran parte de la torta que se lleva de la tele en el famoso Fútbol para Todos (casi a la par de los grandes, abajo de River y Boca) sino por los títulos ganados en las dos últimas décadas, Vélez Sarsfield subió al sitial de los equipos poderosos. Y siempre es especial enfrentarlo para cualquier equipo, porque genera una motivación extra.
Unión lo espera, con la explícita racha sin perder y con la casi implícita necesidad de ganar. Madelón cambia para mañana el arco (Nereo por Castro) pero mantiene las flechas. La clave, para ganarle a Vélez, es una sola: lastimar más de lo que lo lastimen.