De la Redacción de El Litoral
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La jueza Sandra Valenti dictó la prisión preventiva esta mañana, para Esteban Mauricio Acosta, acusado de golpear con una maza a su concubina Griselda Maras, la madrugada del jueves 16 de abril, en su casa del barrio Altos del Valle, en el límite norte de la ciudad.
La fiscal Cristina Ferraro solicitó hoy la medida privativa de la libertad para el hombre de 30 años al que su par de la Unidad Especial de Homicidios, Jorge Nessier, acusó el sábado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo, en grado de tentativa” en audiencia imputativa.
Afortunadamente la víctima, de 27 años y madre de un pequeño de diez, se repone de las graves lesiones en el Hospital Cullen, donde ingresó alrededor de las 5 de la mañana del pasado jueves con un diagnóstico de “hundimiento de cráneo”.
Delante del hijo
Esa madrugada, la mujer dormía en su habitación con su hijo, mientras que Acosta, padre de la criatura, descansaba en un cuarto contiguo de la vivienda familiar ubicada en calle Los Pinos al 2700.
Según quedó acreditado en las audiencias, la pareja atravesaba una crisis, y aunque vivían juntos, la relación estaba al borde la ruptura definitiva.
En ese contexto fue que el ahora detenido aprovechó el momento de sueño de su concubina para golpearla con una maza en la cabeza, con clara intención de quitarle la vida, según argumentaron los fiscales.
Compungido y con el rostro lleno de lágrimas, Acosta se mostró arrepentido por lo sucedido y pidió disculpas, no sólo a Griselda, a quien aseguró amar, sino a todas las mujeres que estaban presentes en la sala de audiencias.
Lesiones graves
Igualmente no pudo explicar con claridad lo que sucedió el día del ataque y por qué tomó la determinación de intentar eliminar a la madre de su hijo.
Por su parte, el abogado del Servicio Público de la Defensa, Mario Guedes, propugnó porque la calificación empleada sea “lesiones graves” y no “tentativa de homicidio”, a vistas de que la mujer se repone de la agresión.
Lo cierto es que tras el ataque, Acosta abandonó la casa y buscó refugio en lo de sus padres, donde apenas llegó dijo que había matado a una persona. Con el correr de las horas, el acusado se entregó a la policía.
Feminicidio
Los primeros en auxiliar a Griselda fueron sus padres, que viven en la casa del frente y las viviendas se comunican por un patio. Antes de perder el conocimiento, la joven víctima alcanzó a contar a su madre lo ocurrido.
Actualmente la Fiscalía evalúa ampliar la acusación por los delitos de “feminicidio” y “alevosía” puesto que existirían conversaciones de chat y mensajes de texto en el que el hombre habría amenazado con matar a Griselda, incluso a riesgo de terminar preso.
En cuanto a la resolución final que derivó en la prisión preventiva para Acosta, la jueza Valenti adelantó que los fundamentos de su decisorio serán entregados por escrito a las partes, dentro del plazo legal correspondiente.