Luciano Andreychuk
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El salón principal del Jardín Nº 255 Laureano Maradona, en barrio Los Troncos, estaba abarrotado de niños y padres. Todos se sacaban fotos detrás de un marco de cartón que, con una frase, preguntaba a gritos: “¿Y si nos tratamos bien?”. Allí se terminaba de presentar un Proyecto de Extensión de Interés Social (Peis) de la UNL, que confronta uno de los principales problemas de la educación actual: el hostigamiento escolar.
Hace más de un año y medio que se viene trabajando esta iniciativa. Se tomaron dos casos testigo -ese jardín referido y otro, el Nº 114 de barrio Cabal- ambos con problemas de vulnerabilidad social. Ahora se hará una campaña de difusión y concientización para darlo a conocer a través de las redes sociales, en la vía pública y otros canales de comunicación pública. Se buscará que la “movida” se replique en otros establecimientos.
Pero lo interesante es una de las propuestas pedagógicas de esta iniciativa: los docentes deben hacer uso de sus habilidades “detectivescas” para poner la lupa y prevenir a tiempo potenciales casos de hostigamiento en las aulas. Tendrán que estar atentos a las relaciones interpersonales entre los niños, a cómo se tratan entre ellos, a qué expresiones usan. Y hacer un llamado de alerta a tiempo.
Asimetrías
“En las relaciones entre los niños del nivel inicial está la génesis. Un quiebre en esas relaciones, donde uno más poderoso ejerce alguna suerte de asimetría sobre otro menos poderoso y tiene un contexto que lo avala, permite que florezcan estas conductas de hostigamiento y se perpetúen hasta la vida adulta”, explicó a El Litoral Francisco Astorino, codirector del Peis, que está dirigido por Liza Carrera.
—¿Qué estrategias debe utilizar el docente en el aula del nivel inicial para observar una eventual situación de hostigamiento, como maltrato verbal y gestual, expresiones con contenido peyorativo y agraviantes, por ejemplo?
—Lo que tiene que hacer el docente es desarrollar la habilidad, la capacidad para destrabar este circuito o entramado asimétrico que se establece en las relaciones interpersonales de los niños dentro del aula. Debe estar alerta para ver si existe alguna relación que esté desviada de lo que uno esperaría como una relación interpersonal equilibrada.
Para la adultez
“En la franja de edad que trabajamos (niños de hasta 5 años), no existe el hostigamiento como tal tan frecuentemente. Pero sí hay entramados asimétricos de relaciones que pueden favorecer a futuro la presencia y consolidación de este tipo de conductas, ya en el nivel primario, en el secundario y también en la etapa adulta”, aseguró Astorino.
Lo otro que tiene que hacer el docente es incluir en su currícula el desarrollo de habilidades sociales básicas. “Siempre es positivo como gesto ejemplificador saludar al ingresar al aula, pedir permiso, establecer acuerdos para compartir la merienda, por ejemplo”, dijo el profesor.
Los dos jardines donde se implementa el proyecto son la base. “Pero la idea es que si otras instituciones educativas quieren sumarse a este proyecto, pueden hacerlo comunicándose con nosotros a través de nuestra fan page de Facebook (¿Y si nos tratamos bien?). “La propuesta quiere ser lo más abarcativa posible. Busca que todos los santafesinos hablen del hostigamiento escolar, tema que nos involucra a todos como sociedad”, cerró.
Sobre el Peis
La Campaña de Prevención del Hostigamiento en la Infancia que lleva como lema “¿Y si nos tratamos bien?”, se realiza en el marco de un proyecto de Extensión de Interés Social (Peis) de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la UNL. Es dirigido por Liza Carrera y Francisco Astorino. Comenzó a desarrollarse en 2013 en los jardines Nº 255 Laureano Maradona y Nº 114 José Sedlacek, de los barrios Los Troncos y Cabal, respectivamente.