Los secretos de la primera etapa constructiva

¿Qué esconderá bajo tierra el Museo de la Constitución?

Por estos días, gran parte de la obra avanza soterrada en el predio del sur de la ciudad, con la ubicación de 53 pilotes a 11 metros de profundidad. Sobre ellos se levantará un edificio de una cuadra y medio de largo con atractivos visuales y tecnológicos para homenajear la Carta Magna.

Pablo Aguirre Cimientos. En el predio se observan durante estos días dos enormes excavaciones, con obreros que suben y bajan y máquinas de gran porte que hacen el trabajo más duro. Ya se colocaron los 53 pilotes

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¿Qué habrá adentro?

Por estos días, se observan en el predio dos enormes excavaciones, con obreros que suben y bajan y máquinas de gran porte que hacen el trabajo más duro. Cuando esta etapa concluya -que es distinta de la de cualquier otro edificio por la magnitud pero no por la técnica constructiva- comenzará la obra visible, el gran contenedor que albergará las 10 salas temáticas y un microcine con capacidad para 300 personas.

Estos espacios tendrán el enorme desafío de convertir algo tan intangible como es la Constitución Nacional, en un atractivo para grandes y chicos.

El ambicioso proyecto fue desarrollado por el municipio con el asesoramiento del reconocido especialista Héctor Berra, quien planificó más de 40 museos en la Argentina y otros países. “Este centro de interpretación va a estar en línea con los más modernos del mundo, en los que la narración audiovisual tiene un lugar enorme. La idea es que la gente nunca se aburra y pase de largo, sino que se sienta conmovida y envuelta por la historia”, explicó Berra.

Cada una de las salas impactará a los visitantes. Un gran desafío arquitectónico será llevar a la práctica la Sala de la Grieta, donde en forma literal, el piso estará partido en dos, en un mapa de la antigua Confederación Argentina (1835-1852), y con los caudillos que representaban a los bandos Unitarios y Federales de espaldas entre sí. En otra de las salas, se colocará una enorme maqueta de la ciudad en 1853, con el antiguo Cabildo en el que sesionaron los constituyentes, con el desafío de transportar a la gente a la vida cotidiana de la ciudad de entonces. “Hasta se va a sentir el perfume de los naranjos”, prometió Berra.

Con varios meses por delante de trabajo, a partir de mayo comenzará la etapa de obra sobre la superficie. La idea es recibir a los primeros visitantes antes de fin de año.