Con alma de peña

Juan Ignacio Novak
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Raly Barrionuevo actuará en Santa Fe, el viernes las 21.30, en el Teatro Municipal, donde ofrecerá un recorrido por su carrera y por sus últimos discos: “Rodar” y “Chango”. “En este tiempo de vacaciones, nos hemos juntando con el grupo a ensayar cosas que no veníamos tocando. Uno suele ser muy ingrato con algunas canciones que graba y después no toca más. Así que vamos a llevar varias canciones que no estaba tocando. Otra cosa que decidí es descansar de las eléctricas, así que voy con acústicas. Y vamos a tocar bastante, vamos a girar por todos los discos”, adelantó el cantautor en diálogo telefónico con El Litoral. Y, fiel a su vasta participación en peñas y festivales folclóricos, deslizó: “Si hay espacio, siempre es hermoso cuando se bailan las danzas de nuestra tierra”.

Canciones en la memoria

A fines de 2014, Raly Barrionuevo publicó “Chango”, un disco conceptual de versiones e improvisaciones sobre El repertorio del Chango Rodríguez. Durante la charla, recordó cómo fue el roceso que derivó en este trabajo.

-¿Por qué elegiste la figura de Chango Rodríguez como eje para desarrollar tu último material?

-Tiene que ver con mi historia en Córdoba. El Chango Rodríguez no fue para mí conocido en la infancia, que tuvo que ver más con la música de Santiago del Estero, incluso la de Catamarca. Chango es mi historia en Córdoba hasta hoy. Desde que llegué allí siendo adolescente, comencé a ir a cuanta peña había, tal vez por ese instinto de buscar espacios. Y sentía que había canciones que estaban en la memoria colectiva y que no sabía que eran del Chango Rodríguez, como “Luna cautiva” o “Vidala de la copla”. Entonces comencé a escuchar sobre Chango Rodríguez, pero en algún punto sentí que sus canciones tenían mucha más presencia en la gente que su persona. Me entré a preguntar por qué sucedía eso y di con que había estado muchos años en la cárcel. Y de repente pensé que ahí estaba El quid de la cuestión, de por qué sus canciones sí y Chango no. Igualmente, me parece que es lo que vale, que las canciones tengan vida propia y calen en la gente. La vida de Chango fue muy dura, tuvo una sociedad que le dio la espalda tras la cárcel. Y desde allí salió con muchas canciones, muchas de las cuales yo grabé en el disco. Sinceramente, me atravesó. Fue un proceso bastante largo, hace varios años que venía pensando hacer algo sobre Chango y no me decidía cómo hacerlo. Fui procesando la cuestión y un amigo me dijo que lo tenía que hacer solo con la guitarra. Y para mí fue sacarme un gustazo El hacer un disco solo con la viola. Soñaba con hacer alguna vez algo así, pero sinceramente no me creía con la autoridad instrumental para hacerlo. Entonces fue una mezcla: abordar El repertorio de Chango y en un formato así.

-Y el hecho de que el proceso haya sido así, ¿cómo coloca a este disco respecto al resto de tu producción?

-El proceso fue muy interno. Entonces, tal vez, abordar con un formato de banda las canciones de Chango no iba a lograr que yo expresara lo que siento con él. Sí, solo con la guitarra. Inclusive, como me sugirió un amigo, sin pensarlo mucho.

-¿Por eso se eligió la premisa de improvisar, de no repensar tanto las canciones?

-Totalmente. Pero para eso se tuvo que lograr un clima en El estudio. No tratar de corregir nada, porque ese clima tiene mucho valor y después se escucha cuando sale por los parlantes.

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-Pasaron casi 20 años desde que se editó tu primer disco “El principio del final”, ¿cómo describirías tu evolución artística desde entonces?

-Hay muchas cosas que la vivencia te va entregando, pero también sufro mucho las cosas que voy perdiendo. Al disco “El principio del final” lo adoro, a pesar de que siento que ahora canto distinto y mejor, porque la voz se me afirmó y aprendí muchas cosas. Pero extraño esa espontaneidad. Uno siempre gana cosas y hay que tratar de mirarlo con la lógica “spinettiana” de sentir que mañana es mejor. Pero también hay un montón de cosas que se pierden. De todas formas estoy disfrutando mucho este momento. Me referencio en muchos artistas que son grandes y siguen tocando e intentando hacer cosas nuevas. Eso me da mucha pila, levantarme a la mañana y tratar de pensar que puedo intentar nuevas canciones, sonidos nuevos. Ésa es la mayor motivación.