Telam
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alcanzó hoy un acuerdo con el líder del partido nacionalista Hogar Judío, Naftalí Bennet, que le permitió formar un gobierno de coalición con una exigua mayoría de una banca, anunció el propio Bennet una hora y media antes de que concluyera el plazo legal.
‘Finalmente hay un gobierno en Israel. Se terminó la negociación, se terminaron las campañas (electorales)‘, escribió Bennet en su página de Facebook.
El acuerdo de coalición entre ambos establece que la cartera de Justicia, una de las más codiciadas en Israel, vaya a parar a manos de la formación nacionalista, a pesar de las reticencias mostradas por el primer ministro a lo largo de toda la jornada, informó la agencia de noticias EFE.
El acuerdo fue alcanzado en intensas negociaciones desde que hace dos días el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, presidente de la formación nacionalista Israel Beitenu, anunciara que no se sumaba al nuevo ejecutivo de Netanyahu, dejando a ocho escaños de la mayoría parlamentaria.
Bennet no dudó en aprovechar la oportunidad y elevó el precio político por su apoyo por encima de lo que el partido gobernante Likud estaba dispuesto a pagar en un principio. Finalmente, el primer ministro israelí, acorralado, ha tenido que ceder a las demandas de Hogar Judío, que a pesar de haber bajado en los resultados electorales dispondrá de un total de tres ministerios: Educación, Justicia y Agricultura.
Los dos políticos tienen previsto hacer un anuncio esta noche y firmar el acuerdo antes de que formalmente concluya a medianoche el plazo para la formación de gobierno, después de las elecciones del pasado 17 de marzo, en las que el Likud obtuvo 30 bancas.
A partir del acuerdo, y luego de que firmara ya acuerdos con los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas y con la fuerza Kulanu, el premier podrá mantenerse en el cargo con 61 de las 120 bancas del Parlamento, la mínima mayoría posible, algo que pronostica una fuerte inestabilidad en lo inmediato.
‘Bibi‘, como se conoce a Netanyahu en Israel, había arrebatado votos de El Hogar Judío en una dramática maratón de declaraciones contrarias a un Estado palestino durante el mismo día en que se celebró la elección y al filo de la legalidad. El fantasma que acechaba tanto a Netanyahu como a Bennett era la posibilidad de que el presidente, Reuven Rivlin, pasase la responsabilidad de formar gobierno a líder laborista Isaac Herzog, que había salido segundo en los comicios, o incluso a otro integrante del Likud.