Vender o comprar un jugador siempre supone un riesgo salvo que alguien tenga el dinero para adquirir a Messi o a algún “platónico”, con el que se anula cualquier margen para el error. Hay un riesgo para el que pone la plata, porque espera que el rendimiento supere el esfuerzo de la inversión. Y hay un riesgo para el que vende, porque siempre se pensará si se vendió bien o barato, si fue el momento adecuado o se tendría que haber esperado.
Por ejemplo, Colón vendió el 50 por ciento de Meli y la sensación adentro del club es que el arreglo no fue el más conveniente. ¿Por qué?, porque Meli anduvo bien y se cree que se cotizó barato. Pero en el fondo, Colón se aseguró —con el otro 50 por ciento que aún tiene de los derechos económicos— que ese buen rendimiento de Meli le permita un futuro ingreso que mejore sustancialmente lo percibido por el primer 50 por ciento.
Las dos mejores ventas de Colón se hicieron en un momento justo. Bertoglio y Carignano se transfirieron por 7 y 4 millones de dólares, respectivamente, cuando brillaban en el club. Pero sus actuaciones posteriores no fueron en sentido ascendente.
El contexto actual del mercado no es el mismo que el de otros tiempos, inclusive en Europa. Colón pretende 5 millones de dólares y está bien que los dirigentes piensen que ése tiene que ser el precio de venta de Alario, pero la cotización final la termina poniendo el mercado por lo que se ofrece. La pregunta es: ¿Colón podrá decir que no, por ejemplo, a una oferta de 3 millones?. Hablamos sobre hipótesis, porque hasta ahora no hay nada concreto. Pero en caso de producirse, seguramente entrarían a tallar algunas de estas preguntas: ¿Hay certeza de que alguien venga con ese dinero a buscarlo?, ¿y si baja la cotización porque baja el rendimiento?. Así como se acertó con Bertoglio y Carignano, también vale decir que por algunos jugadores se dijo que no en el mejor momento y luego se vendieron por una cifra inferior o con problemas para el cobro, como pasó con Cristian Castillo y su pase a River, por ejemplo.
Es así, vender o comprar supone siempre un riesgo. Y elegir el momento adecuado también.