Gastón Neffen
Se refuerza la inmunización de los animales que están a 200 metros del lugar en el que se encontró el murciélago infectado.
Gastón Neffen
La detección de un murciélago en Esperanza con diagnóstico de laboratorio positivo de rabia silvestre aérea generó un operativo de vacunación de unos 400 perros y gatos que están a 200 metros del lugar en el que se encontró el murciélago. Es lo que establece el protocolo de control de foco del Programa Provincial de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud.
En la provincia de Santa Fe, el último caso de rabia en una persona fue en Rosario en 1983 y en la ciudad el último paciente se atendió en 1979, pero es importante no bajar la guardia con la vacunación anual de perros y gatos -a partir de los 3 meses- porque los murciélagos son un reservorio natural de algunas cepas virales de rabia.
“En 2014, en Santa Fe se detectaron cinco casos de rabia silvestre en murciélagos y en la provincia de Buenos Aires hubo 66 casos”, advirtió el Dr. Javier Colombo, jefe del Programa de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud, en una entrevista con El Litoral.
El protocolo establece que cuando un perro tuvo contacto con un murciélago infectado y no está vacunado contra la rabia debe permanecer en observación durante dos años, con controles veterinarios.
Esta mañana, personal de la Municipalidad de Esperanza, con la colaboración de docentes y alumnos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL, comenzó el operativo de vacunación de perros y gatos en la zona del caso. Cuentan con 400 vacunas que retiraron ayer del Programa Provincial de Zoonosis.
El protocolo establece que cuando un perro tuvo contacto con un murciélago infectado y no está vacunado contra la rabia debe permanecer en observación durante dos años, con controles veterinarios (además de ser inmunizado). También puede ser necesario sacrificarlo en caso de que desarrolle síntomas. Si las mascotas están vacunadas, en cambio, sólo se les aplica un refuerzo.
En el centro y en el sur de la provincia, los murciélagos que predominan son los que comen insectos (de Vera hacia el norte hay especies de hematófagos, los famosos vampiros que se alimentan de sangre). Son de hábitos nocturnos y es raro verlos de día. Por eso, cuando una persona los ve en el suelo es muy probable que estén enfermos (con riesgo de que se trate de rabia). En este caso, es importante no tener contacto y consultar a un veterinario. Lo ideal es que el animal se lleve al Programa de Zoonosis para poder determinar si se trata de rabia y monitorear la presencia de la enfermedad en la región.
“En la Argentina sobre todo hay casos en Salta y Jujuy, e influye la cercanía con Bolivia. Por esta razón nosotros controlamos especialmente al Ruta Nacional 34, que tiene contacto con esta región”, concluyó Colombo.
Medidas de prevención
El Ministerio de Salud informó que es obligatorio vacunar a perros y gatos a partir de los tres meses de edad y revacunarlos anualmente contra la rabia. También es importante evitar todo contacto con murciélagos, especialmente si están caídos o con signos de enfermedad. Ante una herida producida por un perro, gato o murciélago hay que lavar la herida con abundante agua y jabón (no colocar alcohol u otro desinfectante).
Además se recomienda concurrir rápidamente al centro de salud más cercano para ser atendidos por un médico que evaluará la necesidad de aplicar antibiótico, vacuna antitetánica y tratamiento antirrábico específico.