Danilo Chiapello
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La víctima es Francisco Cáccamo (72). Fue golpeado y maniatado por un delincuente en su domicilio. El ladrón huyó con 30 mil pesos.
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Dramáticos momentos vivió un conocido transportista local a manos de un delincuente que se le ganó en su domicilio de barrio María Selva. Tras golpear y maniatar a la víctima, el rufián escapó del lugar con un botín cercano a los 30 mil pesos.
Fue en la madrugada del sábado que un sujeto, previo violentar la puerta de entrada, ingresó a la vivienda ubicada en Pedro de Vega al 1700, donde reside Francisco Cáccamo (72), reconocido empresario de vasta trayectoria en el transporte de cargas y otros negocios afines.
“Pancho”, como lo llaman sus íntimos, se encontraba descansando luego de haber disfrutado de una cena con amigos en un comedor de la ciudad.
En un momento dado el nombrado despertó sobresaltado por los gritos que dio un sujeto que había ingresado a su dormitorio. Según se supo, el intruso era un hombre de gran contextura física, el que estaba armado y a cara descubierta.
“¡Dame la plata!”
“¡Dame la plata!”, fue la primera orden que impartió el malviviente. Abrumado por la situación, Cáccamo no alcanzó a reaccionar. Entonces el ladrón, utilizando la culata de un arma de fuego, le propinó algunos golpes en la cabeza al transportista.
No conforme con ello sacó a la víctima de la cama y lo obligó a tirarse en suelo. Una vez allí, lo maniató de pies y manos.
“Me colocó las manos atrás y me las ató con dos corbatas. Después también me inmovilizó los pies con un cable de la luz”, relató hoy Cáccamo en diálogo con este diario.
Ya con su víctima fuera de acción, el malviviente se dedicó a requisar el inmueble hasta que finalmente halló unos 30 mil pesos. Logrado su objetivo, el ladrón escapó del lugar dejando a su víctima en situación de absoluta indefensión.
Larga y tortuosa fue la noche para el empresario que quedó tendido en el suelo y sin posibilidades de librarse de sus ataduras.
“No sé si fue por el frío del piso, o por los nervios que pasé..., lo cierto es que luché para desatarme hasta que finalmente me sentí agotado y me terminé durmiendo”, narró.
A la mañana siguiente
La pesadilla llegó a su fin recién en la mañana cuando la empleada de limpieza ingresó al inmueble y descubrió la situación en la que estaba su patrón. Sin vacilar la mujer liberó al dueño de casa y de inmediato dieron cuenta de lo acontecido a la policía.
El empresario resultó con contusiones y algunas lesiones en su cuero cabelludo. No obstante, no fue necesaria la atención médica.
“La verdad es que todavía estoy sintiendo los dolores por todo lo que pasé. El tipo me golpeó, me tiró al suelo, y me dejó atado. Era un hombre sumamente corpulento y sentí temor a que me matara”, culminó.