De la Redacción de El Litoral/Télam
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Se celebró la ceremonia de clausura de la 68° edición del festival de cine internacional. El relato de Jacques Audiard, que aborda una serie de problemas de actualidad política como las migraciones o la violencia en el Tercer Mundo, ganó el premio mayor.
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El sólido relato cinematográfico “Dheepan”, de Jacques Audiard, que aborda en su recorrido una serie de problemas de actualidad política como la violencia política del Tercer Mundo, las migraciones, la Francia blanca marginada y delictiva y la reconstrucción de lazos perdidos, resultó ganador ayer de la Palma de Oro, que se le entregó en la ceremonia de clausura de la 68° edición del Festival de Cannes.
El jurado presidido por los hermanos Joel y Ethan Coen ofrecieron una premiación inobjetable en la elección de los filmes y le asignaron a la película de Audiard -director que había ganado el Gran Premio del Jurado en 2009 con “Un profeta”-, el máximo lauro del festival por la realización de un filme riguroso, sólido y duro, sin falsas pretensiones ni sensiblerías, que recorre el destino de tres exiliados políticos de Sri Lanka que llegan a Francia y al mismo tiempo que están obligados a integrarse y sobrevivir en un medio desconocido deben entre ellos construir algún tipo de vínculo que los salve de la soledad mortal a la que parecen condenados.
Por su parte, el Gran Premio del Jurado correspondió a la opera prima “Saul Fia” (“El hijo de Saul”), un tenebroso y brillante relato del realizador húngaro Laszlo Nemes, que narra 48 horas en Auschwitz a través de los ojos de un
El tercer premio en importancia del Festival, correspondiente a Mejor Director, fue para el gran maestro taiwanés Hou Hsiao Hsien, que llevó a Cannes un encantador y delicioso relato de la China antigua con “El asesino”, que toma el género de las heroínas de las artes marciales para crear un filme de una belleza devastadora.
Por su parte, el jurado distinguió con el Premio del Jurado a “The Lobster”, del griego Yorgos Lathinos, una película que narra un extraño mundo futuro casi en clave absurda, donde la soledad invade las vidas y algunos deciden vivir en un hotel donde deben encontrar pareja a riesgo de transformarse en un animal si no lo consiguen en los primeros 45 días.
Más ganadores
El premio para la Mejor Actuación Femenina fue compartido por la norteamericana Rooney Mara, que en “Carol” de Todd Haynes compone a una joven envuelta en una relación homosexual en la conservadora década del 50 en Estados Unidos según relato de Patricia Highsmith; y en la francesa Emmanuelle Bercot, que protagoniza junto a Vincent Cassel “Mon Roi” de Maiwen. Quedó fuera del palmarés la italiana Margherita Buy, que compone un papel extraordinario en “Mia Madre”, de Nanni Moretti.
Como mejor actor ganó Vincent Lindon, que personifica a un obrero de 50 años que pierde el trabajo y recorre todo el espinel de las humillaciones del desempleado hasta que debe decidir su futuro según lo que le dicta la ética, en una actuación que sostiene la película y es lo más destacado de un filme social que no aporta novedades.
El mexicano Michel Franco, por su parte, recibió el premio al Mejor Guión, por su cinta “Chronic”, que sigue el destino de un enfermero personificado por Tim Roth y que lleva una doble vida en el plano profesional, asistiendo a personas con enfermedades terminales y en el plano privado.
Asimismo, la Cámara de Oro, reservada para las operas primeras que entrega el festival y que participan de cualquiera de sus secciones, correspondió al filme colombiano “La tierra y la sombra” de César Augusto Acevedo y que se vio en la Semana de la Crítica.
La 68° edición de Cannes decidió también entregar una Palma de Oro Honorífica a la realizadora francesa Agnés Varda.
La mejor
La ganadora de la Palma de Oro es una cinta que comienza cuando Dheeepan (el nombre del filme y del personaje) quema su uniforme de los Tigres de la Liberación de Tamil, que mantuvo en pie de guerra una porción del territorio de Sri Lanka reclamando su autodeterminación e independencia entre 1976 y 2009.
La siguiente escena es una mujer joven buscando a una niña (cualquiera con el único requisito que no tuviera madre) en un campo de refugiados. Así Dheepan, Yalini e Illayall, una niña de 9 años que perdió su familia en la guerra civil, logran salir como si fueran una familia de Sri Lanka con un salvoconducto que los dejará en Francia, desde donde Yalini sueña con partir hacia Londres donde tiene un primo.
Unos primeros trabajos callejeros y luego el trío es trasladado a unos monoblocs en las afueras de París, donde Dheepan consigue trabajo de encargado y donde arrecia la otra violencia, la de la Francia blanca desclasada, mientras estos tres perdidos en el mundo buscan integrarse y empiezan a descubrir que podrían tener un destino como familia.
Al final hay una escena de violencia de gran factura y luego un cierre como para seguir creyendo, al menos en el cine y en la forma en que se pueden contar las historias.