Luciano Andreychuk
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Twitter: @landreychuk
Unos 300 alumnos de 11 escuelas primarias prometieron lealtad al símbolo nacional.
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Las banderitas eran de nylon y tenían una varillita hueca. Los chicos, que son chicos -debe entenderse- jugaban a mirar como por un telescopio por la varillita hueca. Soplaban por ella, como si fuera un sorbete. Se reían inquietos mientras esperaban el inicio del acto.
Llegó el intentente Corral y su cara era una juguetería. Como para que no: ganó las elecciones y fue reelecto. Muy buenos días dijo, atendió a los medios y no paró de sonreír. Habló de historia ante los micrófonos con la soltura de un profesor universitario. Se permitió saludar a los pibes y a las maestras, con la tranquilidad de quien ganó algo muy importante: seguir en el poder.
El acto era en el Parque Garay, en las inmediaciones del mástil. Hacía frío porque el sol amagaba con salir pero no. Había unos 300 alumnos de los 4tos. grados de 11 escuelas primarias de la ciudad (la Beleno, la Borruat, la Bolívar, el Liceo Militar y la Leonardo Da Vinci, entre otras). La Sinfónica y el Coro Municipal fueron la banda sonora del evento.
Hubo tres momentos emotivos, para quienes creen fervientemente en los símbolos patrios: el izamiento de la bandera, que la realizó un niño acompañado por el intendente (éste siempre con una sonrisa de oreja a oreja). Los padres del alumno eran un mar de lágrimas. El segundo, la entonación del Himno mediante lenguaje de señas por un grupo de chicos.
El tercero fue una postal de igualdad, de la que nadie se percató: formados estaban los alumnos de escuelas privadas y públicas. En grupos mezclados. Algunos con caros buzos distintivos, otros con distinguidos uniformes (los del Liceo) y otros con ropa común y corriente. Las diferencias se disolvían: todos se igualaban bajo la bendición de la bandera nacional, que ya flameaba bien a lo alto.
Historia
“Este acto tiene que ver con nuestra historia. Santa Fe es cuna de la Constitución, capital provincial y epicentro de eventos clave, como el bautismo de fuego de los granaderos a caballo, y la bandera nacional por primera vez flameando en las barrancas del Paraná. Tenemos un compromiso especial porque vivimos en una ciudad histórica”, recordó Corral.
El “Sí, prometo” de los chicos (lealtad, respeto y amor hacia la insignia nacional) retumbó en el parque, les salió bien desde adentro de sus sentidos de pertenencia a la idea de patria. No fue necesario que el intendente volviera a hacer la pregunta.
Espacio de recuperado
“Hace unos años este parque estaba sin uso, era tierra de nadie. Y hoy se recuperó para que los vecinos de toda la ciudad puedan disfrutarlo”, dijo el mandatario reelecto. Y agregó que la actividad también tiene su aspecto educativo, porque la jura a la bandera está asociada a trabajos escolares que los chicos realizan en las aulas con sus docentes.
También fue el sexto aniversario de la recuperación del tradicional espacio verde. Ubicado en el Distrito Oeste, el Parque Juan de Garay tiene 30 hectáreas, algunas cubiertas por lagos que se internan en la vegetación generando distintas situaciones ambientales. Tiene puentes, embarcaderos, glorietas y pérgolas.
En 2009, después de meses de trabajo, el parque fue reinaugurado. El objetivo de los trabajos realizados por el Municipio fue revertir las acciones de vandalismo y las tristes secuelas dejadas por la inundación de 2003.