Danilo Chiapello
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El comerciante defendió su negocio y se trabó en lucha con dos delincuentes. Recibió 5 puñaladas y le cortaron la arteria femoral. Fue operado en el Cullen y permanece en grave estado.
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Es de sumo cuidado el estado de salud de un comerciante que anoche recibió múltiples heridas de arma blanca cuando defendió su negocio de un asalto.
La secuencia se inició poco después de las 20 cuando un individuo irrumpió en una carnicería ubicada en Gorriti y San Juan.
Del malviviente se supo que era un hombre de unos 25 años que cubría parte de su rostro con un pañuelo del tipo árabe. No estaba solo. Lo acompañaba otro rufián que quedó estacionado en la calle sobre una moto haciendo las veces de “campana”.
Ni bien ingresó al local, el malviviente sacó a relucir un arma de fuego y lanzó amenazas contra los carniceros, un hombre de 63 años y su hijo, de 41.
En cuestión de segundos el pequeño comercio se transformó en un infierno.
Primero, el padre se trabó en lucha con el rufián y luego el hijo se sumó a la refriega. En medio de la disputa, el ladrón gatilló seis veces su arma, aunque sólo un disparo fue el que salió sin que llegara a impactar en nadie.
Advertido del giro que había tomado el atraco, el otro delincuente (que estaba afuera) decidió tomar cartas en el asunto.
Ni bien ingresó al local, tomó una cuchilla del mostrador y se lanzó contra el más joven de los comerciantes, a quien le asestó no menos de 5 puñaladas.
Juan Erpen quedó tendido en el suelo mientras su padre (de igual nombre y apellido) comenzaba a reclamar auxilio a los gritos.
El nombrado sufrió una puñalada en el homóplato; otra en la zona intercostal; otra en el cuello, otra en un dedo de la mano y la última (y más grave) en su pierna izquierda que le afectó la arteria femoral.
La circunstancia fue aprovechada por los malvados que escaparon a la carrera, dejando abandonada en el lugar la moto en la que habían llegado.
Una vez en la calle, los delincuentes fueron por Gorriti hasta la esquina con San Juan y desde allí se perdieron por las calles de barrio Pompeya.
Los minutos siguientes fueron de hondo dramatismo por el estado del herido y la demora de la ambulancia.
Ya cuando el comerciante se desmayó y perdió el conocimiento, agentes del Grupo Operaciones Especiales (GOE) cargaron al herido y lo trasladaron hasta el hospital Mira y López.
En dicha centro el nombrado recibió algunas curaciones siendo luego derivado al hospital Cullen. En horas de la madrugada Juan fue sometido a una intervención quirúrgica, quedando internado en observación en estado delicado.
Angustia
Esta mañana familiares y allegados a Juan permanecían en los pasillos del hospital Cullen aguardando noticias.
Natalia, su esposa, indicó que “estamos viviendo horas terribles por todo lo que le pasó a Juan. No sabemos cómo va a terminar todo esto”, dijo la mujer visiblemente conmovida.
“Él, acá, llegó desvanecido. Encima no lo querían trasladar. Finalmente, la policía lo cargó en una camioneta, pero porque había un muchacho conocido. Si esperábamos a la ambulancia, Juan se moría allí”, sentenció.
Siento vergüenza
Por su parte Alejandra, hermana del herido, dijo sentir “vergüenza por todos los sistemas que fallaron y que pudieron terminar en una tragedia”.
“Mi hermano se salvó por los vecinos que presionaron a la policía para que lo traslade. Si fuese por la ambulancia se muere. Te hacen mil preguntas y la unidad sanitaria nunca llegó.
Espero que las autoridades y el intendente tomen nota de todo esto. Los vecinos estamos a la deriva y sólo nos queda ayudarnos entre nosotros”, contó.
“Los delincuentes fugaron hacia Pompeya donde hay un montón de ‘kioscos’ y de narcos. Los mismo pasa en barrio San Martín y en San José. Todo el mundo lo sabe”, culminó.