Luis Rodrigo
Los primeros cabildeos no son por nombres, sino por números. En el oficialismo, cada partido cuenta despachos según lo que cree que aportó al triunfo.
Luis Rodrigo
La sesión del Senado santafesino fracasó, ayer, más como consecuencia de la amansadora que soportaron los senadores de la mayoría peronista, que como el resultado de una calculada medida política de ese bloque (que tiene 11 de las 19 bancas y las ha retenido).
Los justicialistas sabían que Miguel Lifschitz mantenía -a unos metros de sus despachos- una reunión con los senadores radicales, en la que poco se hablaba de la sesión, finalmente fracasada por falta de quórum.
Al terminar la reunión, el gobernador electo habló con un grupo de cronistas legislativos y confirmó que se habló “del análisis político” de los resultados de la elección, lo que suponen que también fueron merituados los aportes que cada líder territorial hizo a la fórmula Lifschitz-Fascendini.
No debe perderse de vista que de los 7 senadores radicales actuales, hubo 6 que eligieron ese binomio y así concurrieron a las Paso. (El único que optó por Barletta-Malaponte fue Hugo Marcucci).
Tampoco, que los votos que obtuvo el próximo jefe de la Casa Gris crecieron considerablemente -desde el 19 de abril al 14 de junio- en los departamentos y en las ciudades gobernadas por el Frente Progresista, Cívico y Social, tanto por socialistas como por radicales. Y en política todo se mide.
Es obvio que la UCR, tanto los que fueron en la fórmula auspiciada por el gobernador Antonio Bonfatti (el candidato más votado), como los que se quedaron con la opción más partidaria, van ahora a reclamar más despachos al socialismo.
La forma como ambos partidos se pusieron de acuerdo para preservar al FPCyS en la próxima elección nacional (al punto de ir a elecciones presidenciales sin un candidato a presidente) mediante la boleta corta -encabezada por Hermes Binner- habla a las claras de que no serán conversaciones tan complejas.
Evaluación
Fue el propio Lifschitz quien destacó, tras nombrar algunos departamentos, “el trabajo militante de los senadores”, apenas un par de días después de que los santafesinos fueran a las urnas, en declaraciones a El Litoral.
La única definición que le arrancaron los periodistas al dos veces intendente de Rosario es que “a fin de mes” serán más formales las conversaciones en el frente que gobierna Santa Fe desde 2007.
Recién para entonces se hablará de “los futuros equipos” y habrá “algunas definiciones”. Por ahora, “tenemos que hacer una buena evaluación de todo el proceso electoral y prepararnos para lo que va a ser la campaña nacional”, dijo.
Respecto de sus futuros ministros, recordó que “hay una mesa bilateral del Partido Socialista y la Unión Cívica Radical”, dentro del Frente y que en ese marco “se van a conversar los criterios generales y luego las propuestas más concretas para cada cargo”.
Ni el timbre
El Senado ayer perdió la oportunidad de sesionar. Y de mejorar sus pobres estadísticas de 2015, en que se cuentan apenas cuatro reuniones, desde que comenzó el período ordinario, el 1º de mayo. Bastante poco para 10 semanas. El 11 de julio comenzará el receso de invierno, que se extenderá hasta el 26 del corriente. Ayer, ni el timbre para llamar a la sesión sonó en el recinto de la Cámara Alta.