No paran los robos en viviendas y negocios

Danilo Chiapello
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Ayer a las 15, Teresa Leopold salió de su casa en Dorrego al 6100 (barrio Villa Setúbal) para asistir a su clase de natación.

Pero cuando la mujer regresó, minutos antes de las 17, rápidamente cayó en la cuenta de que algo muy malo había pasado. La puerta de rejas estaba abierta y en idéntica condición estaba la puerta que da entrada a la vivienda.

Asustada, y pensando que los intrusos aún estaban adentro, Teresa fue en busca de un vecino a quien le pidió auxilio.

Poco después ambos ingresaron al inmueble y constataron que lo peor había ocurrido. Los dormitorios estaban “patas para arriba”.

“Entraron directamente a los cuartos”, dijo hoy la mujer en diálogo con El Litoral. “Tiraron todo al suelo... se llevaron cámaras de fotos, algo de ropa, dinero en efectivo y las alhajas familiares”

“Se ve que tuvieron tiempo de buscar cosas de valor, porque me revisaron hasta las cajitas donde uno suele guardarlas”.

La verdad es que quedé muy mal, porque me he enterado que no fui la única a la que robaron. En esta zona hay un montón de casas robadas”, sentenció.

Sin piedad

En tanto, ayer al mediodía, dos malvivientes concretaron ayer una violenta “entradera” en un domicilio de Belgrano al 4400.

Delfina Rodríguez (86) se encontraba en la puerta de su casa cuando de repente se vio sorprendida por dos sujetos.

A los empujones los recién llegados obligaron a la mujer a introducirse dentro de la casa, desde donde sustrajeron distintos objetos y los pocos pesos que guardaba.

Todos al piso

Un delincuente solitario fue quien perpetró un violento asalto en la perfumería Lilium, ubicada en Avda. Galicia y Marcial Candioti.

“Por la cuestión de la inseguridad nosotros estamos siempre con llave. Pero apareció este hombre, que tenía apariencia normal y le abrimos. Llevaba un casco puesto pero levantado sobre la cabeza, se le veía el rostro. Era un hombre, de unos 30 años”, relató hoy Gladys, titular del negocio.

Cuando mi hijo lo vio con el casco, no le gustó mucho la situación, entonces se vino acá al mostrador como para ayudarle a la vendedora.

En un momento que mi hijo se distrajo, el tipo sacó un arma y los llevó a los dos para atrás. A mi hijo lo hizo tirar al piso y a la chica le ordenó que comience a cargarle cosas. En un bolso que tenía cargó mercaderías y dinero. Se llevó gran cantidad de perfumes importados, que son los más caros.

Toda esta cuestión de los robos ya se está haciendo insoportable. No sabemos más qué medidas tomar y como podemos protegernos. No entiendo qué papel juega la Policía”, culminó.

A los tiros en Sargento Cabral

El miércoles a la tarde Micaela (17) esperaba el colectivo junto a un amigo en la esquina de Ruperto Godoy y Marcial Candioti. Tenían la intención de ir a dar un paseo al centro.

Los chicos estaban parados cuando de repente paró frente a ellos una motocicleta en la que se conducían un hombre y una mujer.

El muchacho descendió del rodado y se abalanzó contra Micaela a quien tomó del cuello mientras le gritaba que le entregue la plata y el celular.

Pese a estar en desventaja física, la adolescente intentó resistir el robo. Fue entonces cuando el rufián sacó un arma de fuego y sin más efectuó un disparo. Por suerte el proyectil no impactó en el cuerpo de Micaela y quedó en el pasto.

“Yo escuché el disparo y enseguida pensé que algo había pasado”, dijo hoy Marcelo, el papá de Micaela en diálogo con este diario.

“Al minuto aparece mi hija corriendo. Venía con el pantalón roto y estaba toda revolcada.

Según nos comentaron los delincuentes escaparon a contramano primero por M. Candioti y luego tomaron Huergo también de contramano. Venían de robar también a otra chica.

El tipo éste le pegó a mi nena, la pateó en el suelo y quedó toda dolorida. Hoy ni siquiera fue a la escuela.

Por último Marcelo comentó que “los vecinos estamos preparando una movida para ir a hablar con el comisario de la seccional 5ta. Sabemos que tienen medios y personal. ¿Entonces qué es lo que está pasando acá?”, se preguntó.