El Litoral
Unos 50 sindicatos se reunieron ayer para tratar el problema de la inseguridad. Prefirieron no convocar a un paro hasta después de las elecciones. Mantendrán un encuentro con el líder de la CGT oficial y el secretario de Seguridad de la Nación.
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Corresponsalía Rosario
Amagaron que iban a llamar a un paro por la inseguridad que sufren los trabajadores. Pero al final la protesta que iban a realizar 50 gremios de Rosario no se concretó. O al menos, como advirtieron, se pospuso hasta después de las elecciones nacionales.
El clima del plenario que se realizó ayer a la tarde en la sede de la UOM se distendió luego de que el titular de la CGT oficial llamara a los sindicalistas y les anunciara que el martes va a viajar a Rosario con Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación, para encontrar una salida al problema.
El propio funcionario nacional admitió luego que no le había comunicado a su par provincial Raúl Lamberto su arribo a Rosario, donde –según deslizó– podrían desembarcar otra vez 2 mil gendarmes para colaborar con la seguridad.
Los gremios se reunieron después de la convocatoria que hizo el sindicato de Peones de Taxis, una entidad cuyos trabajadores sufren diariamente los problemas de la violencia y la inseguridad.
"Vamos a pedir que haya dos mil gendarmes más", precisó Horacio Boix, titular del Sindicato de Peones de Taxis. En el plenario se resolvió declarar el estado de alerta y movilización y no se descartó un paro general para la última semana de octubre, después de las elecciones nacionales. Y anunciaron que enviarán un petitorio al gobernador saliente, Antonio Bonfatti, al electo, Miguel Lifschitz y a la intendenta Mónica Fein donde solicitan una urgente reunión para saber qué medidas se están adoptando y las que se van a implementar contra la inseguridad.
"No se aguanta más esta inseguridad", expresó el secretario general de la UOM Rosario, Antonio Donello. "Ya estamos cansados, no solamente los trabajadores que estamos hoy acá, sino todos los rosarinos; quisiera saber quién puede decir que vive seguro", dijo el dirigente.
Los ánimos estaban caldeados en la reunión en la UOM. Pero el contexto político, en un periodo marcado por el cronograma electoral, tuvo más peso que las ansias de la protesta. Participaron gremios con fuerte peso en la región como los municipales de Rosario, camioneros, judiciales, docentes particulares, bancarios, recolectores de residuos, los taxistas y Luz y Fuerza, entre otros.
"Seguimos con la intención de realizar un paro general, pero lo haremos después de las elecciones para que no digan que es un paro político", aclaró Boix, quien arriesgó que la medida de fuerza se realizará la última semana de octubre.
Acerca de la postergación del paro, Marcelo Barros, de Smata Rosario, planteó que "el tema está muy delicado: la gente está muy sensible y hay que pensar con la cabeza fría, porque acá el problema es de la sociedad y los dirigentes gremiales tenemos que ser responsables e ir paso a paso, como corresponde. Si no nos dan respuestas, será el momento de hacer el paro".
El anuncio más importante de la reunión, según lo definieron los propios participantes del plenario, es que el martes la intersindical mantendrá un cónclave con Berni. Tras el fin de semana largo, el secretario de Seguridad de la Nación desembarcará en Rosario junto a Caló para escuchar en persona el reclamo de los trabajadores por la inseguridad en Rosario.
El comunicado leído por el jefe de los bancarios, Matías Layus, declaró a la intersindical de Rosario en "estado de alerta y movilización" a la espera que se adopten medidas para disminuir los hechos violentos.
"No descartamos para nada que tengamos que adoptar una medida de fuerza como un paro general o una movilización si la situación no mejora en el corto plazo. Por ahora no tiene fecha, y antes queremos agotar todas las instancias de diálogo con la Nación, la provincia y el municipio", afirmó el dirigente de la Bancaria.