Danilo Chiapello
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Palermo Deportes de Blas Parera al 7900 fue atacado por boqueteros el viernes pasado y esta madrugada. En ambos casos fue a la misma hora y con la misma modalidad.
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“Estoy cansado... al negocio no lo cierro sólo por los empleados. Pero toda esta historia me tiene harto”, dice Ricardo Guardia, el titular de Palermo Deportes.
Anoche autores ignorados rompieron parte del techo e ingresaron al local ubicado en Blas Parera al 7900 desde donde sustrajeron mercaderías.
Pero lo ocurrido no es nuevo. Ya el viernes de la semana pasada los amigos de lo ajeno habían hecho de las suyas en el negocio, lo que provocó lógica indignación entre los damnificados.
“Es la segunda vez que me roban en 6 días. El hecho anterior ocurrió el viernes. Y ahora otra vez. Las dos veces los ladrones actuaron de manera idéntica. Llegan por los techos, rompen las chapas y entran. Te sacan las mercaderías y se van”, agregó.
“Estuvimos mirando las cámaras y vemos que anoche fueron tres individuos los que entraron. Dos bajaron al salón de ventas y el restante se quedó arriba, en el entretecho. Se llevaron mercaderías. El perjuicio económico ronda los 20 mil pesos”.
Te van gastando
Más adelante el empresario comentó que “ya no sé qué más hacer para defender mi negocio. Tengo alarmas, tengo rejas, tengo cámaras. Todo lo que me va pidiendo el seguro lo voy haciendo, pero esto es algo que te supera siempre”.
“Estoy cansado. Al negocio no lo cierro sólo por los empleados. Pero todo esto me tiene harto. Es algo que te va desgastando. ¿Sabes una cosa? A la noche casi no puedo dormir. Porque me acuesto y pienso que dentro de algunas horas me van a llamar para avisarme de algún desastre.
Lo peor es el mal momento. Hoy miraba a los chicos cuando limpiaban el local, y algunos de ellos estaban llorando. Claro... tienen miedo que cierre todo y me vaya. Pero no me van a ganar, al negocio no lo voy a cerrar. Soy un hombre grande y voy a seguir luchando”, culminó.
Justo a tiempo
Otro que pasó una noche amarga fue Alfredo, el dueño de A.R Indumentaria, negocio ubicado en Estanislao Zeballos al 4400.
“A eso de la 1,45 me llamó por teléfono la policía para avisarme que mi negocio estaba abierto. Imagináte la situación. Me vine volando desde Santo Tomé pensando cualquier barbaridad. Eso es lo peor”, comenzó diciendo Alfredo en diálogo con El Litoral.
“Me sacaron plata de la caja que tenía para pagar algunas cosas. Pero en realidad los que entraron querían desvalijarme de mercaderías. Dejaron abandonadas 4 bolsas de consorcio, todas llenas con ropa.
“Las tuvieron que dejar porque como acá de noche no hay luz tuvieron que abrir un poco las persianas para ver. En eso pasó un patrullero y como vio la puerta abierta paró.
Cuando el móvil estaba dando marcha atrás, los tipos salieron corriendo.
“Ahora tengo que cambiar cerraduras, candados y vidrios. Además el mal rato que pasé, todo el viaje desde Santo Tomé hasta acá, que venís pensando cualquier cosa. Te sentís invadido.
“No es la primera vez que me roban. Ya tengo un par de episodios anteriores. Veo que las cosas no mejoran”, sentenció.