El Litoral
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La infección fue in crescendo hasta que lo derivaron al Iturraspe. Cuando lo operaron, encontraron un guante de látex pegado al hueso.
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Diego Núñez (36 años) fue atendido en el hospital Cullen hace dos meses y medio por una herida y fisura en su pierna. Lejos de mejorar, el miembro inferior fue empeorando -se le hinchó, se puso morada y drenaba sangre y pus- y el hombre levantó fiebre y aumentó la cantidad de glóbulos blancos: tenía infección.
Disconformes con la atención recibida en el Cullen durante un mes, su familia pidió el traslado al Iturraspe, donde fue operado hace 10 días. La sorpresa fue que al abrir la pierna se encontraron con la mitad de un guante de látex pegado al hueso, por lo que fue necesario rasparlo para poder retirar el elemento descartable que generaba la infección.
Esta mañana, Diego dialogó con El Litoral desde la sala de clínica médica del Iturraspe, donde continuará internado hasta recuperarse. Allí relató que todo comenzó el 26 de agosto, cuando se fisuró la tibia jugando al fútbol 5. En un principio fue atendido en el servicio de Traumatología del Cullen, donde permaneció internado una semana, con antibióticos y analgésicos. Le hicieron una limpieza de la herida (toilette) y lo enyesaron, con una abertura para que la herida drenara.
Todos los días se hacía las curaciones en el centro de salud de su barrio (Peñaloza 8.200) y una vez por semana se controlaba en el Cullen. Pero lejos de mejorar, la pierna cada vez estaba peor. “Empezó a supurar pus y sangre, me mojó todo el yeso, se me hinchó y puso roja. Yo levanté fiebre y en los análisis me salieron 15.000 glóbulos blancos”, relató el paciente.
Además se le hizo un absceso; para que drenara, en uno de los controles en el Cullen le pusieron un guante de látex. “Es un procedimiento frecuente, me explicaron, pero se tiene que retirar a los dos o tres días como mucho. A mí me lo dejaron más de una semana. En una de las curaciones, una enfermera del Cullen me lo sacó”, contó Núñez.
Pero Diego no mejoraba y pasó las tres semanas siguientes internado en ese hospital. “Al final mi familia pidió el traslado porque no trabajan como corresponde. El médico que me hizo el drenaje nunca pasó por mi habitación para verme. Todos los problemas que están teniendo en el hospital es porque no están trabajando bien”, criticó.
A fines de octubre, y con una infección avanzada, Núñez fue trasladado al Iturraspe donde lo operaron. La sorpresa fue que al abrir la herida, se encontraron con la mitad de un guante de látex, ya pegado al hueso. “Fue mucho el tiempo que lo tuve adentro, por eso me tuvieron que raspar el hueso para poder sacarme el guante. No era un pedacito, sino la mitad, eran tres dedos del guante que me habían puesto y me habían sacado en el Cullen”, especificó el hombre.
Diego lamentó haber tenido que pasar por todo esto, ya que hace más de dos meses que no puede trabajar ni como remisero ni como pintor, sus formas de sustento. “Mi señora es maestra y teníamos algunos ahorros, pero en estos dos meses se terminaron”, concluyó.