Los miedos de ingresar a la universidad

De la Redacción de El Litoral

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¿Habré elegido bien la carrera? ¿Me gustará? ¿Será muy difícil? ¿Entenderé las materias? ¿Cómo serán los profesores? ¿Conoceré nuevos amigos? El paso de la escuela secundaria a la universidad representa un cambio muy importante y el inicio de una etapa clave: estudiar la profesión a la que se dedicará toda la vida.
Al adiós a la adolescencia, a los amigos, en algunos casos a las familias y al lugar de procedencia, se suman los interrogantes propios de desembarcar, por primera vez, en los desafiantes claustros académicos.

Esta edición del suplemento Estudiar en Santa Fe, está dedicado a esos “cucos” presentes en el imaginario colectivo del ingresante. Se ofrecen algunas pistas de cómo sobrellevarlos, junto con el testimonio de universitarios que ya transitaron por esos miedos y dejan constancia de que, con esfuerzo y estudio, los fantasmas se diluyen y nada es tan “terrorífico” como parecía en un principio.

El mayor temor:
desaprobar materias

La Universidad Nacional del Litoral (UNL) realiza desde el año 2009 encuestas “autoadministradas” en diferentes momentos de la trayectoria de los ingresantes: últimos años de las escuelas secundarias, durante los cursos de articulación y en el primer año de las carreras. Las respuestas son de multiple choice, es decir, que el encuestado puede seleccionar más de una respuesta, ninguna o todas.

Entre las preguntas, figura una sobre los principales “miedos” que pueden tener los ingresantes al comenzar la vida universitaria. De acuerdo con los resultados de un informe final (que analizó las encuestas realizadas durante cuatro años), los estudiantes manifiestan que el miedo más frecuente es la “no aprobación de las materias”. Esa opción fue elegida por 8 de cada 10 alumnos (82 %).

Le sigue el miedo a “no adaptarse a los ritmos universitarios” (6 de cada 10 alumnos, casi el 60 %). El miedo “a equivocarse de carrera” se ubica en tercer lugar (casi el 40 %), y a “no cumplir las expectativas” en el cuarto puesto. Uno de los menos frecuente es el temor a “no hacer amigos”, y en último puesto figura “extrañar a la familia”.

En cuanto a las dificultades, sobresale la mención acerca de la organización del tiempo (6 de cada 10 encuestados). A mayor distancia aparecen otras dificultades: “entender los textos” y “entender la explicación de los docentes” (3 de cada 10).

El estudio de la Dirección de Articulación de la UNL agrupó las respuestas de los alumnos referidas a miedos y dificultades en tres grandes categorías para una mejor visualización de las tendencias. Como se puede observar en el gráfico, los principales miedos están vinculados con el desempeño académico, mientras que las principales dificultades están referidas a la adaptación a las reglas universitarias.

¿Cómo se perciben

a sí mismos?

La UNL también interrogó con respecto a la “autopercepción” de los estudiantes en relación con sus habilidades académicas y sociales. Los alumnos se valoraron a sí mismos (en una escala del 0 al 5) mejor en los aspectos que tienen que ver con la capacidad de vincularse con otros (se puntuaron con un 3,57 en “sociabilidad”) y con su “creatividad” (3,22).

En cambio, se ven a sí mismos con menos habilidades para la “organización del tiempo” (2,81), para la “constancia en el estudio” (2,91) y para la “concentración” (2,98 de puntaje general).

“Es interesante observar que la autopercepción de los estudiantes, los sitúa con mayores fortalezas ante los desafíos sociales que ante los académicos, lo que podría explicarse por varias razones: presupuestos acerca de las grandes diferencias que presentan ambos niveles (secundario y universidad), experiencias académicas y sociales anteriores o una confluencia de todas ellas”, explicaron Bárbara Mántaras, directora de la Articulación de Niveles e Ingreso de la UNL; Andrea Pacífico, coordinadora de Programas de Articulación entre Escuelas Secundarias y la UNL; y Ana Cáneva, coordinadora del Programa de Ingreso.

Objetivos y

metodología

La Dirección de Articulación de Niveles e Ingreso de la UNL genera un sistema de información continua del ingresante que busca configurar un perfil de los ingresantes. Relevó aproximadamente 2 mil encuestas por año, de la serie temporal 2010 al 2014, y con ese insumo redactó un informe final. La información recabada garantiza la comparación de los datos, gracias a un diseño modular del instrumento de recolección que permite agregar o quitar dimensiones posibilitando la comparabilidad de las tendencias.