Agustina Mai
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Una mujer convivió 24 horas con el cadáver de su papá porque no podía pagar el sepelio. Recurrió a los medios para afrontar los gastos.
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La familia Pasquini-Servín vivió un drama familiar cuando el fin de semana pasado falleció el abuelo Andrés Servín. Por falta de recursos, su hija -Ana Servín- no pudo contratar un servicio de sepelio y durante un día convivió con el cadáver de su padre en su vivienda de barrio Centenario. “Mi papá falleció a las 6:40 del sábado y nos pasamos todo ese día yendo de un lugar a otro, averiguando para conseguir un cajón. Pagarlo en forma particular costaba 20.000 pesos. Tuvimos que terminar cortando la calle y, a través de mi sobrino que es policía, conseguimos la orden del fiscal De Pedro para trasladarlo a la morgue del Cementerio recién a las 2:30 de la madrugada del domingo. Con el calor que hizo, ya se sentía el olor y tuvimos que sacar el cuerpo al patio”, relató la mujer.
A esta situación desesperante se sumó otra desgracia: el marido de Ana, Héctor Ricardo Pasquini, murió de un paro cardíaco. “Él ya tenía problemas de salud, pero le terminó dando un paro por todo lo que tuvimos que pasar con la muerte del abuelo. Sufrió un montón por esta situación tan terrible de ver a un ser querido en ese estado y no poder enterrarlo; se murió por eso”, lamentó su mujer.
La familia política se hizo cargo del cuerpo de su marido. “Se lo llevaron a San Cristóbal, donde hicieron el sepelio y lo enterraron. Yo con dos no podía cargar”, confesó con angustia.
Solidaridad
Después de pedir ayuda a la Municipalidad, la policía, la vecinal y al Pami -sin obtener respuesta-, Ana recurrió a las redes sociales y a los medios de comunicación. “Gracias a la donación de una fábrica de Rincón, conseguí el cajón el lunes a la tardecita. Con la ayuda de otra persona de buen corazón, pude ir a buscarlo el martes. Pero cuando llegué al cementerio, me encontré con otro impedimento: no querían aceptarme el cajón. Me dijeron que me lo llevara, pero yo no puedo andar de un lado al otro por toda la ciudad con un cajón. Así que se los dejé en la sala de lápidas”, relató Servín. Asoem también respondió al pedido desesperado y se hizo cargo de los gastos de entierro.
Este caso desnuda un problema social: ¿cómo hacen las personas sin recursos para afrontar un sepelio?
“Mi papá murió a primera hora del sábado y recién lo pudimos enterrar el miércoles. Todo fue un caos, una odisea y una gran tristeza porque juegan con los sentimientos de la familia. Es una impunidad total, no hay una entidad que se haga cargo cuando uno no puede pagar. Si no tenés cobertura o no tenés dinero, no tenés derecho a morirte”, denunció Ana.
Pami, sin cobertura
Andrés Servín era jubilado de Pami, pero esta obra social no cuenta con servicio de sepelio ni con subsidio o reintegro. ¿Cómo hacen los afiliados sin recursos para pagar el sepelio? Sólo existe un subsidio de Ansés de .000, pero que se tramita luego del fallecimiento del jubilado. Es decir que no cuentan con ninguna solución en el momento del deceso.
Además, los afiliados a Pami quedan excluido del servicio fúnebre municipal para personas de bajos recursos porque es requisito no tener obra social. “Por año estamos atendiendo unas 250 personas de muy bajos recursos que no cuentan con ningún tipo de obra social. Como Pami es obra social, sus afiliados no están contemplados por la ordenanza. Ojalá que con el cambio de gobierno nacional, el Pami restituya el servicio de sepelios que funcionó hasta hace unos años”, señaló el secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad, Carlos Medrano. En estos casos, la Municipalidad se hace cargo del cajón, la mutual de Asoem se ocupa del traslado y servicio, y en el Cementerio municipal no se cobra el entierro.