El gobierno nacional confirmó que analiza aumentar las tarifas del gas natural distribuido por redes, tal como ya hizo con la energía eléctrica, aunque considera que su retraso “es menor” al del sistema eléctrico. Así lo sostuvo el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, quien indicó que “se está haciendo un análisis similar al que hicimos en el caso eléctrico”, del que también resultará un aumento, aunque de impacto menor.
Consultado sobre la posibilidad de que la suba tarifaria afecte la negociación de paritarias, Aranguren respondió que esta situación es “consecuencia de 10 años de desinversión” y remarcó: “Hoy estamos pagando una capacidad de generación que está limitada” y por ello “afecta al bolsillo de la gente”, dijo respecto del parque de usinas térmicas, hidráulicas y nucleares productoras de electricidad. (Las primeras están sobre todo en manos de empresas privadas, mientras que las restantes son estatales).
La definición del ministro preanuncia un cambio de reglas de juego para las generadoras con el fin de promover inversiones privadas.
“En la tarifa de gas estamos haciendo un análisis similar al caso eléctrico, estamos analizado los pasos procesales correspondientes desde el punto de vista legal”, confirmó el ministro.
En ese sentido, cabe recordar que para la suba de tarifas de las generadoras el gobierno nacional usó toda la documentación que en 2006 produjo la administración kirchnerista, con la celebración de audiencias públicas (entre otros antecedentes).
Producto de aquella frustrada revisión tarifaria durante el gobierno de Néstor Kirchner (se preparaba la campaña para la primera elección que ganara Cristina Kirchner, en 2007) quedó establecido el marco legal para que los usuarios residenciales sean informados -en sus boletas- respecto del total, en pesos, del monto de sus consumos subsidiados por el gobierno nacional.
En declaraciones a Radio Mitre, explicó que “en el caso del gas, el atraso es menor que en el sistema eléctrico porque en los últimos dos años la misma administración anterior había empezado un sendero donde reconocía un precio diferencial para el gas adicional”.
El objetivo de “pobreza cero”
Respecto del impacto que los aumentos de tarifas tendrán en las negociaciones paritarias, el funcionario apuntó que uno de los objetivos que se fijó el gobierno es “pobreza cero” y en ese sentido buscará “cuidar el bolsillo de los argentinos, lo que significa tener en cuenta el impacto en el presente y las consecuencias en el futuro”.
“Las medidas adoptadas para recomponer el cuadro tarifario fueron tomadas en la búsqueda de ese objetivo (el de pobreza cero) y sus impactos van a ser reconocidos en la medida que los mismos tengan en cuenta la recomposición de una situación, que son consecuencia de 10 años de desinversión y que hoy estamos pagando una capacidad de generación que está limitada y afecta al bolsillo de la gente”, completó.
En cuanto a la suba de la luz, Aranguren apuntó que las tarifas de la generación (en todo el país) y de distribución de energía (para Edenor y Edesur) estuvieron congeladas “desde 2002”.
Asimismo ratificó que la actualización del precio de la luz le permitirá al Estado un ahorro de “aproximadamente 4.000 millones de dólares” y estimó que “unos 51.000 millones de dólares fue el subsidio de la generación en los últimos 13 años”.
Aranguren apuntó que el gobierno de Macri recibió “un país sin beneficio de inventario” y aventuró que “en un par de años” que es el plazo de la emergencia eléctrica, la Argentina va a “poder recuperar los parámetros de calidad que supimos tener hace 10 años atrás”.