El Litoral
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A las 19.15 de este domingo recibe a Arsenal. Franco hace debutar a Iberbia, Figueroa y Lagos. No llegó la habilitación de Villafañe y juega Castillo.
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El receso pasó rápido como una tormenta de verano. El mismo técnico, otra dirigencia, otros jugadores y la adrenalina de cada arranque de campeonato. Para Colón y para todos los equipos éste será un campeonato express, donde no hay margen de error porque directamente no existe el tiempo de recuperación en este llamado Torneo de Transición que estará sellado a fines de mayo.
Con la idea insignia del 4-3-3, un formato que le dio resultados a Darío Franco cuando más lo necesitaba el año pasado, Colón cambió los nombres de algunos actores, pero con la certeza que el director de la obra y el guión será —desde el vamos— el mismo del 2015.
Debe haber pocos equipos en el fútbol argentino que, desde la teoría, dispongan tantos jugadores de buen pie de mitad de cancha hacia adelante, como propone el Colón de Franco.
El sólo hecho de poder mixar en los metros finales a esa buena imágen que dejó Alan Ruiz en los partidos finales con la habilidad y panorama de juego de Víctor Figueroa —acaso el refuerzo que más genera contagio en los hinchas— prenden la llama de ilusión de los hinchas sabaleros.
El final feliz de la novela veraniega de Germán Conti no hace otra cosa que darle esa sensación de fortaleza a la última línea, donde el otro punto alto es la regularidad del arquero Jorge “Fatura” Broun. Como se sabe, para este primer partido no podrá contar con Clemente Rodríguez (debe cumplir una fecha de sanción por la roja en Córdoba) y su lugar será ocupado por Raúl Iberbia.
De todos modos, no se detienen ahí los inconvenientes de Franco en la última. Es que los griegos no habían enviado, hasta el mediodía de este sábado, el TMS (Sistema de Correlación de Transferencias por sus siglas en inglés) por Santiago Villafañe, lo que generaba dos caminos alternativos a modo de colectora en el fondo: 1) Dejar a Conti-Garnier en la cueva y poner directamente al “Cabezón” Castillo de “4” en el fondo; 2) Correrlo a Garnier de “4” y hacerlo ingresar al paraguayo Ismael Benegas a la cueva al lado de Conti. Finalmente, se inclinó Franco por la primera de las opciones y el “Cabezón” Castillo irá de movida por Villafañe.
El resto, de mitad para arriba, está confirmado. Con Ledesma intentando desdoblarse al lado de Poblete para recuperar, quitar y jugar la pelota a buen destino. Y con cuatro jugadores absolutamente liberados para pensar en el arco de enfrente: Lagos, Alan Ruiz, Víctor Figueroa y Sperduti.
El técnico, al momento de “convencer” a los dirigentes por el fichaje de Lagos, fue contundente: “Este es un torneo corto y necesito alguien que conozca lo que yo quiero a la perfección sin tiempo que perder. Y Lagos sabe lo que yo quiero”. Así, desde el vamos, el ex Aldosivi se metió entre los once titulares.
Todo arranque de campeonato genera expectativas. Mucho más cuando llegan nuevos jugadores y en el caso puntual de Colón con una flamante dirigencia que se equilibra casi a la perfección con los referentes históricos (Vignatti, Darrás, Fleming) y la sangre nueva (Marcelo Ferraro, Enrique Ariotti) para pensar en un futuro deportivo distinto.