Ignacio Hintermeister [email protected] En su último informe de finales de enero, la consultora @Fiscal que dirige el santafesino Walter Agosto da cuenta de los números de coparticipación automática a las provincias. Santa Fe recibió 70 % más en la comparación interanual de diciembre cuando el promedio de las provincias subió sólo un 47 % promedio. Algo similar ocurre con Córdoba y San Luis. Es que en el último mes del pasado año comenzaron a efectivizarse los fallos de la Corte que reconoce la ilegalidad del descuento que aplicaba el gobierno kirchnerista a la coparticipación de Santa Fe; el reclamo provincial tiene retroactividad a 2006 y aún resta “negociar” con la Nación cómo saldará esa cuenta. En un solo mes y de acuerdo a cifras fiscales oficiales, el impacto de la sentencia puede estimarse en $ 582,9 millones más para Santa Fe. Eso a valores de diciembre del pasado año; la cifra permite tener una idea de lo que la provincia dejó de recibir cada mes en los últimos 9 años. El fallo vino a saldar parte de la discriminación que padece Santa Fe. Pero vale advertir aquí que el kirchnerismo achicó la porción de las provincias y redistribuyó a discreción -léase a voluntad- según el color político de cada una de ellas. Según un reciente informe del Ieral de la Fundación Mediterránea, “la proporción de recursos que fluye hacia las provincias en forma automática pasó de un 32,5 % de la recaudación tributaria nacional total en 1991, a 27,6 % en 2015, aun incluyendo los recursos del Fondo Federal Solidario (FFS) entre los recibidos por los gobiernos subnacionales”. El análisis de Marcelo Capello, Néstor Grión y Vanessa Toselli advierte además que la Nación se queda “con el producido del impuesto inflacionario, que en el último año aportó más de 2 pp del PIB a la Nación”. “La mayor caída en participación se dio desde el año 2002, sin que se recuperase luego, situación que se halla explicada principalmente por la introducción en 2001 y 2002 de sendos tributos nacionales inicialmente no coparticipados (impuesto a los débitos y créditos bancarios y derechos de exportación), que luego fueron derivados en una baja proporción a los gobiernos subnacionales”.
Más para Santa Cruz Con poderes especiales concedidos por el Congreso de mayoría kirchnerista a favor de la Casa Rosada y sin mayores limitaciones políticas, a la degradación de la coparticipación se le añadieron las transferencias discrecionales que a sola firma efectuó la Casa Rosada. Así por ejemplo el Ieral estima que en 12 años “Santa Cruz fue la gran ganadora en la distribución de fondos discrecionales, al ser beneficiada en más de 4.000 por habitante en todo el período, siendo paradójicamente una provincia de elevado ingreso per capita”. Ieral señala que “algo más rezagada, pero también claramente beneficiada resultó la provincia de La Rioja, que recibió fondos por más de .000 por habitante. Tras estas figuran Jujuy (.604) y Formosa (.104). Entre las más perjudicadas se encuentran Caba (.053), San Luis (.440), Mendoza (.391), Buenos Aires (.701) y Santa Fe (.083)”.
$ 18,5 mil millones le debe la Nación a Santa Fe a valores históricos por el descuento ilegal de su coparticipación. Deben sumarse actualizaciones y punitorios en una negociación pendiente.
La clave Sin retorno
- Según el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, en el primer semestre de 2015 la provincia “aportó a la recaudación por retenciones $ 12.258 millones y recibió por transferencia del Fondo Federal Solidario $ 694 millones. De esta manera, sólo retornó el 5,66 % de lo aportado”. Si bien las retenciones no son coparticipables, la Casa Rosada no cumplió con el piso legal de coparticipación y mantuvo en alto retenciones mientras dejó de lado la opción de Ganancias, que hubiera reportado un reparto objetivo a las provincias.
- El gobierno de Cristina Fernández redistribuyó por Aportes del Tesoro Nacional unos $ 35 mil millones en los últimos 4 años, sólo a provincias endeudadas con la Nación (lo que excluyó a Santa Fe) mediante el sistema discrecional de reparto. Walter Agosto apuntó que es preocupante que de este dato se hable poco o nada en el país. En tanto no haya nuevo acuerdo federal, ese “esquema de poder” del kirchnerismo sigue vigente. Como diría un avezado analista: hay que ver si Macri cede la zanahoria de incentivar al burro, sobre todo cuando necesita de legisladores en un Congreso en el que no tiene quórum.