El Litoral
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, no descartó operaciones sobre el terreno en Siria.
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DPA
Arabia Saudí desplegará aviones de guerra y, eventualmente tropas, en la base aérea de Incirlik en el sur de Turquía, dijo el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, en declaraciones a medios locales en las que no descartó operaciones sobre el terreno en Siria.
La posibilidad de una mayor implicación de Arabia Saudí en Siria se produce en medios de los esfuerzos potencias internacionales por imponer un alto el fuego en el plazo de una semana en el país, según acordó el pasado jueves en Múnich el Grupo Internacional de Apoyo a Siria, al que también pertenecen Arabia Saudí y Turquía.
Tras largas negociaciones y la presión de Washington, Turquía abrió el año pasado la base, situada en una posición estratégica cerca de la frontera con Turquía, a las fuerzas estadounidenses para sus ataques aéreos contra el autoproclamado Estado Islámico.
La dimensión de un potencial despliegue saudí estaría aún por determinar, señaló Cavusoglu en declaraciones a medios locales en su regreso desde Alemania, donde se celebra la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El ministro también dijo que Turquía está intentando "reajustar" sus relaciones con los Emiratos Árabes Unidos.
El viernes el secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter dijo a la prensa que los Emiratos estaban dispuestos a "reanudar su participación en la campaña aérea" contra el EI y destacó el papel clave tanto de ese país como de Riad.
Carter consideró que la implicación de "fuerzas locales" del Golfo en Siria ayudarán a recuperar el control de Al Raqqa, la capital de facto del Estado Islámico en el norte del país.
Hasta el momento, las fuerzas kurdas han sido el principal aliado de Washington sobre el terreno para expulsar al Estado Islámico. Los kurdos se hicieron con extensos territorios a lo largo de la frontera con Turquía, lo que desató las preocupaciones de Ankara, que combate a los kurdos dentro de su país.
Pero muchos opinan que las fuerzas kurdas, hasta ahora los socios más fiables de Washington sobre el terreno, no son capaces de recuperar territorio fuera de sus zonas tradicionales, por ejemplo en áreas árabes como Al Raqqa.
Los kurdos avanzaron en los últimos días contra facciones de línea dura en el noroeste de Siria, mientras los rebeldes sirios se están viendo debilitados por los intensos bombardeos rusos en el área de Alepo. Su ruta de suministros con Turquía se ha visto cortada.
Las potencias internacionales están trabajando para lograr el acceso de ayuda humanitaria e implementar un alto el fuego la próxima semana, del que estarían excluidos el EI y el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en el país.
Sin embargo, las facciones rebeldes han estado luchando junto a Al Nusra, por lo que en algunas zonas es difícil distinguirlos.
El presidente sirio, Bashar al Assad, ya advirtió esta semana del riesgo de que Turquía y Arabia Saudí, ambos fuertes opositores a su mandato, intervengan militarmente en Siria.