Lía Masjoan
El gobierno provincial devolvió a la policía el comando operativo y se reservó las decisiones y la estrategia. Se asegura que los efectivos de la Policía Comunitaria no se replegaron, sino que participan de acciones de prevención.
Lía Masjoan
La gestión que encabeza Maximiliano Pullaro en el Ministerio de Seguridad provincial imprimió un cambio importante a la verticalidad de la fuerza policial. Devolvió al jefe de Policía el comando operativo pero se reservó las decisiones, la planificación, la táctica y la estrategia. El jueves pasado dejó este cargo Rafael Grau y se propuso a Luis Bruschi para su reemplazo.
¿Qué implica esto? Durante la gestión de Oscar Lamberto al frente del Ministerio, y después del paro policial de diciembre de 2013, se avanzó en una reforma policial en el marco del Plan de Seguridad Democrática que implicó la creación de cuatro policías especiales: la Policía de Acción Táctica, la Policía Comunitaria, la Policía de Investigaciones y la Policía de Seguridad Vial. Todas dependían del Ministerio de Seguridad.
Hace un mes, el gobernador Miguel Lifschitz y el ministro Pullaro devolvieron ese poder al jefe de Policía de la provincia (Decreto 0202 del 29/2/2016). “No ha modificado en nada la cuestión de fondo, se sigue trabajando igual”, aclaró el secretario de Seguridad Pública de esa cartera, Omar Pereira, en una entrevista con El Litoral.
“Desde el Ministerio se establece qué se debe hacer, se lo trasladamos a la policía y ellos nos dicen cómo se debe hacer porque son los especialistas, quienes se han preparado y saben cómo organizar un operativo o un allanamiento. No ha habido una modificación con el accionar policial, es un acomodamiento administrativo donde el jefe de policía vuelve a tener el comando operativo de todas sus direcciones. Ese es el esquema en el que se está trabajando ahora”, explicó.
— Hay un incremento de homicidios respecto al año anterior ¿A qué cree que se debe?
— Es una realidad innegable. Pero al analizar las causales encontramos problemas de enfrentamientos entre bandas, luchas por situaciones de poder en el territorio y se suma a una conducta violenta de la sociedad que se observa hasta en un mínimo problema de tránsito.
— ¿No cree que influye también un fácil acceso a las armas?
— Es una realidad y estamos observando con particular preocupación el hecho de que en muchos de los secuestros de armas encontramos armamento de guerra. Podemos inferir que mucho de ese armamento está circulando en el circuito ilegal de ventas de armas y de municiones. Y no estoy hablando de suposiciones sino de la realidad. Ahí podemos tener un dato de esta proliferación de armas que estamos encontrando en la delincuencia. La preocupación en el tema de regulación de armas está en la agenda del ministerio. Estamos trabajando con el Renar para operativizar el registro nacional y efectuar controles más óptimos para acompañar inspecciones para la detección de las armas.
— La droga es otra causal ¿Cuántos kioscos de droga han desbaratado este año en la ciudad de Santa Fe?
— Para la planificación de las políticas públicas necesitamos trabajar sobre estadísticas y que el ciudadano denuncie. Y esto casi no sucede. Uno entiende que la gente no lo haga pero necesitamos ese compromiso porque la seguridad la hacemos entre todos. El trabajo del narcomenudeo es día a día. Ese número que Ud. me pide es absolutamente variable porque hoy destruimos un búnker y funciona al lado o en otro lugar, o como sucedió en Rosario donde se destruyeron la mayoría de los búnker y cambiaron la modalidad con el delivery. El delincuente vive para pensar cómo ejecuta sus acciones delictivas y la tarea nuestra es tratar de estar. La problemática es absolutamente compleja pero se está trabajando.
— ¿Entonces Ud. asegura que se están desbaratando kioscos?
— Permanentemente. El trabajo de la Brigada de Drogas es absolutamente más importante ahora, en comparación con el año anterior.
— El año pasado hubo una disminución de los homicidios en la ciudad, en coincidencia con el despliegue de fuerzas en los barrios más complicados. Si ahora se repliegan ¿no será contraproducente?
— No guarda relación con eso. No coincido en el concepto de que las policías se han retirado de los barrios. La seguridad es una situación absolutamente dinámica y cambiante, minuto a minuto. Estamos enfrentándonos a organizaciones que trabajan por fuera de cualquier esquema legal y con muchas mayores posibilidades de quienes estamos trabajando dentro de la ley. Ni hablar de la cuestión logística y de los recursos que manejan los delincuentes. En ese orden, nosotros tenemos que ir leyendo los mapas y la evolución del delito para implementar distintas estrategias de prevención, necesitamos modificarlas permanentemente porque el delito se recicla, se actualiza. En función de esto, no se retiran las policías especiales de los barrios, estamos integrando la policía de Acción Táctica y la Comunitaria a esta estrategia de prevención a operativos en distintos lugares de la ciudad. Ya ese concepto de la Policía Comunitaria en su lugar no sigue, cumplió una primera etapa, que es la de incursionar en un barrio, instalarse, conocer, recorrer, tomar nota. Ahora viene una etapa de consolidación porque siguen siendo policías de prevención y necesitamos permanentemente estar reentrenándolos pero siguen perteneciendo a la casa comunitaria, se los afecta un día, dos, una semana y vuelven. Y cuando eso pasa son reemplazados por otros sistemas de prevención, se afectan vehículos del Comando Radioléctrico o de acción táctica, a lo mejor no se ve el caminante pero hay otra modalidad. Una estrategia rutinaria va en contra de la prevención y la disuasión; si el delincuente sabe que todos los días a las 9 de la mañana va a haber dos policías caminando en tal esquina, les estamos facilitando el trabajo. Son planificaciones que nosotros bajamos al jefe de policía y él organiza los operativos.
Decisión política, accionar policial
— ¿Sigue habiendo un control político de la fuerza policial?
— Siempre. La estrategia y el control los hace el Ministerio. La decisión es política y la ejecución técnica es de la policía, ese es el lineamiento básico de cualquier plan de seguridad democrática que sigue vigente. Y la policía hoy ha entendido esa cuestión, es una charla permanente del ministerio con la fuerza. Y la autonomía policial tiene que ver exclusivamente con su organización interna.
— ¿Las políticas del ministerio no deberían adelantarse a estas situaciones conflictivas? Si ya saben que la sociedad está más violenta, que la marginalidad y la exclusión llevan al delito en algunos casos y cuáles son los barrios más complicados ¿no pueden planificar acciones que garanticen una prevención mayor?
— Todo lo que se hace en materia de seguridad es preventivo, el objetivo es adelantarse, la presencia es disuasiva.
— Y eso se notó el año pasado. Las estadísticas muestran que donde estuvo la Policía de Acción Táctica hubo menos homicidios.
— Al analizar estas cuestiones vemos que cuando se pacifica un lugar, el delito se corre. Son cuestiones complejas y le puedo asegurar que estamos en el análisis permanente. Todo lo que hacemos es para tratar de adelantarnos, prevenir, con una actitud proactiva de la policía. Estamos trabajando fuertemente para imprimir a la policía un cambio cultural.
Asesinatos en la provincia
Homicidios cometidos en todo el territorio provincial, de acuerdo al Ministerio de Seguridad, entre el 1 de enero y el 31 de marzo de cada año:
2012: 82 homicidios
2013: 109
2014: 136
2015: 117
2016: 108