Enrique Cruz (h)
Vignatti hablará esta tardecita, Ariotti se reúne con la oposición, Giorgetti mantiene su silencio y la única renuncia, hasta ahora, es la de Julia Gándola, vocal titular.
Enrique Cruz (h)
Nada de lo que se decía que podía pasar, pasó. Cuando usted, lector, comience a leer estas líneas, habrá hechos trascendentes que se estarán produciendo en Colón. A la misma hora que José Vignatti esté dando una conferencia de prensa, Enrique Ariotti se estará reuniendo con Gustavo Abraham y Ricardo Magdalena, dos de los principales dirigentes de la oposición. ¿Qué dirá Vignatti?, posiblemente que se sintió “traicionado” y explicará los motivos del prematuro quiebre con un hombre al que nunca mencionó en sus declaraciones (Jorge Giorgetti). Quizás también pueda reconocer un error en no haberse presentado como candidato, formando parte de la lista. Pero desde su entorno se confirma, sin dudas y con contundencia, que “Vignatti no dará, de ninguna manera, un paso al costado”.
Ayer, era el día esperado en Colón, sobre todo por la reunión entre Ariotti y Vignatti que se celebró. ¿Qué pasó?, nada. La propuesta de Vignatti fue concreta: renuncia masiva de la comisión directiva, asunción del síndico y convocatoria a elecciones, como una forma de encontrar una solución definitiva al conflicto institucional. Ariotti, que al principio lo había pensado como una posibilidad, le dijo que no. Primera conclusión: si nadie depone actitudes, ya sea sectoriales o generales, es imposible que se llegue a un acuerdo.
El conflicto nació hace varios meses (estalló luego de las declaraciones que hizo Vignatti en la calurosa tarde mendocina, el día del 1-4 con Godoy Cruz después de haber arrancado con tres victorias consecutivas). Recién hoy se presentó la primera renuncia: la de Julia Gandola, que ocupaba el puesto de vocal titular. Dicen que Gandola se cansó de tantos rumores y de tantos vaivenes que se conocen más por los medios periodísticos que por las posturas dirigenciales.
Segunda conclusión: sorprende que en medio de semejante conflicto, nadie (en todo caso solo Gandola) pegue un portazo. Es evidente que las posturas son muy firmes, irreductibles, transformando el gobierno del club en una presa de poder que nadie está dispuesto a soltar.
Consta que hay varios que han puesto un halo de sensatez en todo esto. Por ejemplo, Patricio Fleming y Gabriel Somaglia (el síndico) mantuvieron un largo encuentro con Enrique Ariotti para tratar de encontrar una solución. Y consta también que hay varios, de los dos sectores, que pretenden lo mismo porque saben que el conflicto ha provocado un cimbronazo en lo deportivo (no en vano, Colón apenas ganó un partido sobre nueve, perdió seis y entre ellos los dos clásicos desde que estalló la crisis interna) y porque también saben, en el fondo, que al no hacer las cosas como se debe, le están fallando al socio, que depositó en ellos toda la confianza a través de las urnas.
La postura de la oposición, al menos por lo que señaló Abraham, es muy clara. “Nosotros sabemos que el problema es institucional y ellos son los que deben solucionarlo. Mi decisión era la de alejarme de la vida política del club, pero esto no es un acto eleccionario, sino que es Colón el que nos reclama. Mi preocupación pasa por lo deportivo, por los cuatro partidos que faltan y por el armado del equipo para el torneo que viene. No podemos volver a descender porque no tendremos otra oportunidad de diez ascensos para aprovechar”, dice el ex candidato, inclusive dispuesto a trabajar codo a codo con un rival político como ha sido Vignatti en la última década.
Ariotti no ha querido hablar después de la reunión con el hombre que ha sido referente de la lista por más que no se haya presentado como candidato. Hoy, es el principal dirigente y es un hombre que, ante la ausencia de Marcelo Ferraro, podría actuar como interlocutor para timonear la situación. Es difícil. La sensación, desde afuera, es que así no se puede seguir, que los pequeños o grandes acuerdos serán imposibles de conseguir y que la decisión debería ser drástica. Ninguno quiere dar un paso al costado y la única solución propuesta es la de una renuncia total que no se dio. Fracasado el intento, la pregunta es: ¿cómo siguen? Mientras tanto, la gente se preocupa. Y tiene sus sobradas razones.
Johansen con una duda
Ricardo Johansen todavía no definió el equipo que recibirá mañana a Olimpo de Bahía Blanca, a partir de las 21.15 en el barrio Centenario, pero es un hecho que Saín, Silva y Leguizamón serán titulares.
El entrenador reemplazará a Vegetti (hoy se conocerá la suspensión del Tribunal) por el juvenil delantero de las inferiores (Nicolás Leguizamón) que ya tuvo su debut en el clásico. Además, el bajo rendimiento de Lagos también obligará a suplantarlo por Silva, que entró bien en el partido ante Unión. Además, la lesión de Iberbia ya lo descartó para este encuentro ante los bahienses, razón por la cual el técnico apostará a Cristian Saín ya que Clemente Rodríguez todavía se recupera del desgarro sufrido hace un tiempo.
La duda que se plantea por parte del técnico es si seguirá Castillo en el equipo o aparecerá Cuevas o Villafañe para suplantarlo en el sector derecho de la defensa. Conti está recuperado y el resto no tiene inconvenientes.
Por lo tanto y siempre que Castillo siga como titular, el equipo para mañana sería con Broun; Castillo, Conti, Benegas y Saín; Bastía y Poblete; Sperdutti, Figueroa y Silva; Nicolás Leguizamón.
Por su parte, de no surgir imponderables, Cristian Díaz (DT de Olimpo) pondrá en cancha a Nereo Champagne; Ezequiel Parnisari, Nicolás Figal, Néstor Moiraghi, Jacobo Mansilla; Pablo Miguez, Juan Ignacio Sills, Jonatan Blanco; Gabriel Gaona Lugo, Joel Amoroso y Francisco Pizzini.
Completaron la lista de viajeros, además de González, Ferreira y Mayer, el arquero Ezequiel Viola, el defensor Juan Quiroga, los volantes Mario Paglialunga, David Vega y Jean Pierre Barrientos y el delantero Franco Troyansky. Desde esta mañana están en Santa Fe.
Alario
En el periódico inglés The Sun se vuelve a mencionar el firme interés de Liverpool por llevarse a Alario, en una cifra que rondaría los 9 millones y medio de libras, algo así como 13 millones de dólares. Colón tiene que cobrar aún 1.250.000 dólares por el 30 por ciento y se queda con el 40 por ciento en una futura transferencia que podría darse con esta oferta de Liverpool.