Luciano Andreychuk
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Twitter: @landreychuk
El dato se desprende de un relevamiento de la cartera educativa. En el tradicional terciario del Domingo Silva creó un centro estudiantil.
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Según una encuesta que se está realizando desde el Ministerio de Educación, un 20 % más de establecimientos terciarios de la provincia creó su centro de estudiantes, animado por la sanción de la ley Nº 13.392 (de 2014) que institucionalizó esos espacios de participación para los niveles secundarios y superiores no universitarios.
“Hay un incremento de la cantidad de centros estudiantiles (a partir de la sanción de la norma). Y un avance y fortalecimiento de la participación de los alumnos en el nivel terciario en toda la provincia”, aseguraron a este medio desde esa área del programa. La encuesta se concluirá en los próximos días.
Hay un ejemplo claro que refuerza este dato: en el Instituto Superior de Comercio N° 46 Domingo G. Silva ya funciona un centro de estudiantes, el primero en la historia de esa institución para ese nivel. El nuevo espacio —que representa a más de 400 alumnos de las cinco carreras en ese instituto, más sus anexos de Santo Tomé y Recreo— está dirigido por la Organización Raíces, que le ganó la elección a la lista Dejando Huellas.
Las elecciones fueron en noviembre pasado. Tres días electorales con todo el folklore y la ansiedad de una votación: la conformación de una junta electoral, carteles y pegatinas, las mesas y las urnas, el dónde voto preguntado como reguero de pólvora por los pasillos, el conteo final. Se hacía la apertura de urnas, un cierre parcial y luego se guardaban en las sala de profesores.
Con la lista ganadora, el centro de estudiantes se instituyó oficialmente el 13 de aquel mes, ya con estatuto redactado, supervisado y aprobado. “Fue una experiencia muy linda vivir la sensación de que hacíamos política en nuestro instituto”, coincidieron en diálogo con El Litoral Mariano Bugliolo (presidente), Luz Angeletti (secretaria general), Mariano Sellos (secretario de Deportes), Enzo M. Rossi (Prensa), Leticia Müller (Finanzas) y Magalí Velázquez (delegada), todos de Organización Raíces.
Cómo surge
“La idea de construir el centro nació en abril de 2015, por las quejas que escuchábamos de los propios alumnos, sobre todo de cuestiones organizativas como falta de información sobre horarios de cursado o recursos usados por los docentes. Así decidimos hacer algo”, contó Bugliolo.
Fue un proceso largo. “Había un bosquejo de estatuto pero debimos asesorarnos y redactarlo casi todo de nuevo, en base la ley provincial. Se discutió con representantes de los cursos y se llegó a un estatuto definitivo”, contó Angeletti. El estatuto es la norma interna organizativa del centro y establece las autoridades, funciones, objetivos, asambleas, la participación en el consejo consultivo, etc.
Ahora el centro de estudiantes tiene participación en el consejo consultivo del instituto y toda vez que llega un proyecto del ministerio de Educación, se discute allí, algo que antes no pasaba tan seguido. “Nosotros llevamos la voz del estudiantado y sabemos de antemano qué ocurre con los temas institucionales de importancia”, coincidieron el presidente y la secretaria.
Qué lograron
El tiempo de trabajo ha sido escaso y los primeros esfuerzos se orientaron a la organización administrativa. Para ello, se abrió una vía de comunicación en la red social Facebok (Raices Raices) y por ahí los chicos vuelcan sus inquietudes respecto de horarios de cursados, comisiones, etc., que son respondidas las autoridades del centro.
“Toda la información estaba en la página oficial del Colegio. Pero los chicos no entraban allí. Y como sabemos que Facebook es la red más usada por ellos tratamos de que esa espacio sea lo primero para darles la información que necesitaban”, explicó Bugliolo.
También se logró el compromiso institucional de contar con un espacio propio. “Mantenemos una buena relación con las autoridades del establecimiento, y eso es importante para nosotros”, coincidieron los estudiantes.
Proyectos
Lo importante son los proyectos que quieren impulsar. Por ejemplo, un pedido de colocación de un semáforo en la esquina de 4 de enero y Vera; un espacio para el estacionamiento de estudiantes, con más bicicleteros y lugar para motos, o la licitación de la cantina y fotocopiadora.
“Queremos trabajar muy de cerca con los ingresantes, en que ellos se sientan bien recibidos, y que sepan que tienen un espacio donde volcar sus inquietudes".
También es una forma de que se integren y adapten a sus compañeros en los cursos, como una forma de combatir la deserción estudiantil”. De esto se trata el hacer política: de proponer soluciones.