El ex presidente de Colón habló de Vignatti, de Ariotti, de Giorgetti y alertó: “Si esto sigue así, el año que viene podría acarrear el peor de los resultados, es decir la pérdida de la categoría”.
Enrique Cruz (h)
El doctor Eugenio Marcolín no sólo puede decir a viva voz que ha sido el presidente más joven de la historia de Colón (lo fue a los 34 años) sino que su actuación en el club no se circunscribió a una sola época, sino que fue un hombre de permanente convocatoria y consulta a través del tiempo. Hoy es uno de los tantos que asiste con mucha preocupación al momento de crisis institucional que vive el club.
—¿Qué opina de esta situación institucional, Eugenio?
—Es muy compleja y creada por dos grupos con diferentes proyectos. No sé hasta qué punto son conscientes de que se avecinan momentos muy difíciles, sobre todo en lo deportivo, con un gran número de descensos. Si esto sigue así, el año que viene podría acarrear el peor de los resultados, es decir la pérdida de la categoría.
—¿Qué propone?
—Urgentemente, tienen que solucionar la situación interna o bien llamar a elecciones. Deben entender los dirigentes que el club está por encima de las personas. Acá, hay gente que ya fue dirigente y otros que lo son por primera vez y no dudo de sus intenciones, pero veo que hay muchos gallos en el mismo gallinero.
—Usted quizás conoce como pocos a Vignatti. ¿Qué papel juega en todo esto?
—Quiero aclarar dos cosas: la primera, que hace como diez años que no lo veo ni hablo con él; y lo segundo, que no persigo ningún interés personal con esta declaración, pero me causa gran desagrado ver que son injuriadas personas que han hecho mucho por el club. Quizás haya muchos nuevos socios y personas que no lo conocen, pero Vignatti fue un hombre que evitó el remate de la sede social del club poniendo 10.000 pesos, que era mucha plata para la época. Después, tuvimos que levantar una quiebra y se hizo con el aporte de Vignatti, de Osvaldo Gras y la gente de Ítalo Giménez, y de la gente que acompañaba a la comisión directiva de ese entonces, que era presidida por Busaniche. Todo eso, Vignatti lo hizo como socio y no como presidente. Y me consta, porque estaba en el club en ese momento. Luego, cuando asumió la presidencia, el club ascendió, salió dos veces subcampeón en Primera, jugó copas internacionales, cambió la fisonomía en forma casi total de la cancha, hizo la cancha auxiliar y terminó el gimnasio, aportó una buena suma de dinero para adquirir el predio e iniciar su construcción... En fin, todo lo que la gente de ese entonces sabe y quizás algunos, por una cuestión generacional, no lo saben.
—Se nota que hay una defensa concreta de usted hacia Vignatti. ¿Cree que la solución viene por su lado?
—Te repito que no tengo ningún tipo de interés personal porque a Vignatti hace más de diez años que no lo veo. Sólo deseo, como lo hice siempre, lo mejor para Colón.
—Marcelo Ferraro fue un hombre que perteneció a su comisión directiva allá por el 74, al igual que Francisco Costanzo, quien presentó la renuncia en forma verbal en la última reunión...
—Al asumir la actual comisión directiva, la responsabilidad de conducir el club era de Marcelo, recordándole lo mismo que en su momento, con mis 34 años, me dijo el contador Salerno cuando dejó la presidencia y asumí yo, hace más de 40 años. Marcelo es una gran persona y lo que más importa en este momento es su salud y que se recupere. Costanzo fue un gran dirigente, que hizo mucho por el club tanto en el fútbol como en el básquet y que en su momento acercó a un colonista como Carlos Monzón, de quien era muy amigo, en su mejor momento. Pero hoy les digo a todos los que integran la comisión directiva, que así como Salerno me dijo en su momento que la responsabilidad era mía, hoy les digo que la responsabilidad es pura y exclusivamente de ellos.
—Usted dice que hay dos caminos: se arreglan o llaman a elecciones. ¿Es posible el arreglo?
—Lo veo difícil porque te repito, hay muchos gallos para el mismo gallinero. Pero al mismo tiempo les digo que deben pensar en Colón porque el futuro inmediato es sumamente peligroso si sigue el conflicto. Con Ariotti hablé una o dos veces, con Giorgetti tres o cuatro y al que más conozco de todo ese grupo, es a Tiraboschi. No estoy en contra de nadie y supongo que tienen buenas intenciones, pero les pido, a todos, que piensen en el club y en la gente. Colón no está mal como a fines de 2013, porque el salvataje deportivo fue importante, al punto que la deuda se licuó en un grandísimo porcentaje. Pero tengo mis reservas respecto de lo que pueda ocurrir en lo deportivo de aquí en más.