Fundan un banco de alimentos para donar 10 mil raciones diarias

Florencia Arri
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Productos lácteos con una fecha de vencimiento próxima, que fueron envasados en el paquete incorrecto o que integran una partida que no cumple con el estándar de color. Alimentos estacionales como turrones y pan dulce que quedaron en estantes pasadas las fiestas, y hasta huevos de pascua que no se vendieron a tiempo. “Son productos con valor nutricional intacto que hoy se desechan y que pueden aprovecharse y enriquecer la dieta de miles de personas”. Así explicó el Dr. Federico Eberhardt, empresario del sector de alimentos que promueve la fundación del Banco de Alimentos de Santa Fe.

La iniciativa se gestó a fines del año pasado en el Programa Santa Fe Sustentable de Responsabilidad Social Empresaria de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Hoy es el trabajo de 29 voluntarios —entre empresarios, estudiantes y hasta jubilados—, que generan las condiciones formales para su constitución como asociación civil sin fines de lucro. Será la versión local de la Red de Bancos de Alimentos de Argentina (RedBdA) que integran 17 entidades de todo el país, uno más en formación, y dos organizaciones adherentes.

La entidad hará un trabajo de rescate, reutilización y aprovechamiento de alimentos que tienen uso nutricional pleno pero perdieron su valor comercial. “Si esto funciona podemos darle de comer a más gente de la que hoy recibe comida, y también enriquecer su dieta con productos lácteos, frutas y hortalizas o productos de otra calidad y variedad nutricional; a mucha gente le resolvería el problema”, expresó Eberhardt.

El primer objetivo ya fue fijado: en los próximos meses, cuando comiencen a operar, buscan generar 10 mil raciones diarias de comida. La cifra intenta acercarse a las 30 mil raciones por día que genera el banco de alimentos de Rosario, una ciudad con mayor población y, por ende, más necesidades.

Funcionamiento
El objetivo de la entidad es ser un aportante no exclusivos de organizaciones que brindan alimento como comedores, cooperadoras escolares, entre otras. “La idea es darles productos de calidad para que ofrezcan una dieta más variada con alimentos que de otro modo se desperdician”, explicó el empresario.

Eberhardt destacó que, tras este proceso fundacional, la meta es comenzar a funcionar en octubre. Para ello, apunta a convertir en generadores a las industrias alimenticias cercanas y a las cadenas de supermercados.
“Estamos contactando a esas industrias y a los supermercados que tienen alimentos que salen de circulación y son absolutamente viables; a lo que sumaríamos campañas para conseguir colectas y donaciones con un destino específico”, anticipó.

La pieza fundamental del Banco de Alimentos santafesino será el voluntariado, las manos que se sumen para la logística de recepción, selección y redistribución de alimentos. “Ahí veremos qué tan solidaria es la ciudad de Santa Fe: es una demostración, una prueba para ver qué tan comprometida está una sociedad con su propio destino”, concluyó el empresario.

“Si esto funciona podemos darle de comer a más gente de la que hoy recibe comida, y también enriquecer su dieta con productos lácteos, frutas y hortalizas o productos de otra calidad y variedad nutricional”