Falleció en el Iturraspe una mujer de 37 años que pesaba 326 kilos

Lía Masjoan
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Esta mañana falleció en el hospital Iturraspe una mujer de 37 años que tenía neumonía y un antecedente que agravaba su cuadro profundamente: pesaba 326 kilos. El caso puso en problemas al sistema de salud, que no está totalmente preparado para dar respuesta a este tipo de patologías y encuentra limitaciones operativas y técnicas. ¿Cómo trasladarlos desde la ambulancia hasta la sala de terapia intensiva ubicada en el primer piso? ¿Cómo moverlos? ¿Cómo hacerles los estudios básicos? Con estos problemas concretos se encontró el personal de la sala de terapia intensiva donde fue internada la paciente oriunda de San Vicente, una localidad que está a 100 km de Santa Fe.

En el hospital funciona desde 2008 un Comité de Obesidad. En la actualidad atiende a 100 pacientes del centro norte provincial, con un abordaje interdisciplinario y ambulatorio brindado por médicos clínicos, pediatras, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, trabajadores sociales, profesor de educación física y kinesiólogo.

Esta mujer, que ingresó con un síndrome de distrés respiratorio agudo (según el nombre específico de la patología), no era paciente del servicio, con lo cual no la conocían. De todos modos, recibió la atención que su cuadro requería, aseguró el Dr. Carlos López, jefe de terapia intensiva del hospital.

“Las instituciones de salud no están preparadas para atender pacientes con semejante obesidad, no son tan frecuentes estos casos pero son un trastorno porque hay que tener camas especiales y plumas con grúas para poder moverlos y es imposible hacerles una tomografía o ver algo en una ecografía por los tejidos grasos que predominan. Nos vemos muy limitados para atenderlos”, contó López. Por eso apuntó a la prevención como una herramienta clave para que la población no llegue a esta situación.

Al fallecer, el traslado del cuerpo y la coordinación con un servicio fúnebre que brinde condiciones especiales es otro inconveniente, que esta mañana intentaban resolver en el hospital desde el área de Servicio Social. “Cuando vimos la gravedad del caso, la semana pasada previmos que esto podía pasar y que iba a necesitar un cajón especial”. La mujer evolucionó mal desde el punto de vista infeccioso, agravado por las secuelas de su hiperobesidad.

El rol del Comité

Al Comité de Obesidad solo ingresan pacientes que tienen como condición una patología de obesidad mórbida, es decir, que registran un índice de masa corporal mayor a 40. Debajo de ese parámetro es atendido por el servicio de nutrición.

La psicóloga Soledad Marin integra el equipo interdisciplinario. “El problema que tenemos es que hay una alta demanda”, afirmó. Los segundos miércoles de cada mes ingresan entre 10 y 15 nuevos pacientes. En promedio, atienden 100 solo en el hospital Iturraspe. Hay otros dos servicios en la provincia: uno en Rosario y otro en el Cullen de esta ciudad.

Si bien el trabajo de este Comité es un gran aporte, todavía hay falencias en la atención general: “Hay dificultades y estamos trabajando para eso”, reconoció la psicóloga. Entre los avances que lograron desde que se formalizó el programa destaca que cuentan con dos habitaciones preparadas para pacientes con obesidad, con camas especiales de una plaza y media y la puerta y el baño adaptados. El consultorio está preparado para que se pueda acceder con un vehículo hasta la puerta y tienen camillas y sillas de ruedas especiales y solo dos sillas reforzadas, que les hicieron en el servicio de herrería del hospital.

“Estos pacientes son cada vez más frecuentes y el hospital tiene sus limitaciones para el traslado y el acceso a determinados servicios porque si bien hay ascensores se dificulta el ingreso de una camilla porque son de otras dimensiones”, reconoció la profesional.

La enfermedad

Desde el comité se trabaja con una mirada integral “porque entendemos que es una enfermedad compleja y crónica, no hay una cura ni un alta definitiva, el paciente tiene que continuar toda su vida con lo que aprende acá y por eso intentamos un abordaje alimentario con cambio de hábitos”, explicó Marin. Además, en muchas oportunidades se incluye a la familia: “A veces llega una paciente con obesidad pero está enferma toda la familia”.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que muchas veces la obesidad no se produce por una mala alimentación, sino que es “un síntoma que habla de otras cuestiones y de malos hábitos que arrastran los pacientes de varios años”. De allí la necesidad de un abordaje interdisciplinario, que incluya a mirada de psicólogos y psiquiatras.

Cirugía

La cirugía bariátrica es una opción, no todos los pacientes pueden someterse a una de ellas, sino solo los que recomienda el Comité de Obesidad. Por eso, trabajan codo a codo con dos cirujanos especializados del plantel general del hospital.