Gastón Dubois
Gastón Dubois
El gran relator del fútbol Santafesino, Ricardo Porta, inmortalizó la frase “¡Qué futbolera sos Santa Fe!”, hace ya muchos años. Durante décadas en la ciudad se escuchó comentar en muchos bares y esquinas de la ciudad que los clubes de “la cordial” debían dar un salto de calidad y pelear por cosas más grandes y no solamente por no descender. Años estuvieron penando Colón y Unión con este estigma de equipos “chicos” del interior. Siempre comparándonos con otros clubes de mayor historia y copas ganadas de la Argentina, y en toda ocasión, la respuesta de tatengues y sabaleros de ambos clubes es siempre la misma : “Nosotros nunca ganamos nada, pero tenemos el orgullo de llenar estadios, de copar canchas visitantes, de alentar y hacer vibrar de miedo a cualquier rival que se nos presente. Hinchas somos nosotros que nunca ganamos nada y vamos siempre a la cancha”.
Unión y Colón son clubes con muchas frustraciones deportivas, y algunas dirigenciales, aunque ninguna como la de hoy: que dos de los mejores dirigentes —de los últimos 25 años que tuvo nuestro fútbol— no sean capaces de sentarse a conversar cara a cara y no les den el gusto a sus hinchas de jugar el partido clásico demuestra la necedad, el egoísmo y la falta de empatía que existe entre ambos. Porque el hincha de Colón quiere jugar y el de Unión también. Y si las cargadas entre ambos siempre fueron el combustible necesario para alimentar la pasión y, en el imaginario colectivo, frases como “minoría eterna” u “ 89, polvo eterno” hicieron de la muletilla de Ricardo Porta una gran verdad, lo de Spahn y Vignatti de hoy desmiente rotundamente la frase del relator.
Colón lo quiere posponer porque José Vignatti se siente inferior deportivamente hablando —en este momento— y Luis Spahn no quiere ceder porque viene “dulce” con los clásicos y dice que ellos cumplieron con todo lo pactado y, entonces, hay que jugarlo, en una clara muestra de falta de empatía dirigencial para con sus “primos”.
Desde la ficción, me permito imaginar al “Bari” y al “Enano” Bontemps trepados a una nube esperando el partido —cada uno en la suya— con una cara de desilusión tremenda por no poder gritarle uno un gol al otro.
Desde lo estrictamente real, podemos decir que en Rosario se está organizando un clásico, que tendrá ganador y perdedor, y que quedará como un enfrentamiento más, de los tantos que jugaron. No importa si ellos ponen la cuarta o la primera, importa jugarlo y cumplir con la provincia, pero fundamentalmente con sus hinchas.
Aquí sólo recordaremos —si no se juega— el papelón de nuestro fútbol al no ponerse de acuerdo dos dirigentes, que con estilos diferentes tienen sus liderazgos bien ganados, pero que creo esta semana pusieron en vilo a dos camisetas por mezquindades y declaraciones desafortunadas que no hacen otra cosa que alejar posiciones. Si ambos dirigentes no se ponen de acuerdo entonces que le devuelvan el dinero a los santafesinos. Entre Unión y Colón se llevaron casi $ 5.000.000, cifra para nada despreciable por haber jugado solamente un partido y lanzarse mucha “pirotecnia” verbal innecesaria durante esta última semana. Ambos clubes estafaron a los santafesinos, al gobierno provincial y sin dudas a nosotros, los futboleros.
La Copa Provincia de Santa Fe no es lo importante (buena iniciativa por cierto), es el no diálogo de los clubes de la ciudad entre sí lo que hay observar. Es imposible que crezcamos si no dialogamos entre nosotros.
Si no somos capaces los santafesinos de organizar un partido de fútbol, tampoco seremos capaces de ir juntos a plantear más y mejores condiciones para nuestros clubes en la AFA.
Habrá que reconocerle al país y a los organizadores de la próxima Super Liga que Unión y Colón seguirán siendo equipos chicos de interior, mientras no tiren los dos para el mismo lado, salvo honrosas excepciones como cuando jueguen entre sí.